Veo de lejos a Domeniko corriendo hacia mí para ayudarme, Sebastian me ofrece su mano y le clavo la mirada. ─No seas orgullosa, solo quiero ayudar ─dice él y ruedo los ojos tomando su mano, misma que suelto en cuanto me levanto. Mi vestido de venganza está arruinado igual que mi cabello. Las personas no dejan de mirarme incluyendo el príncipe Henry. ─He escuchado que eres el hijo del presidente de Belgravia ─comenta Henry llamando la atención de ambos. ─Sí, mi padre es Rowan Blackwell ─responde sacudiéndose el traje, pero, es imposible limpiarnos del todo. Domeniko posa en mis hombros un abrigo gigante cubriendo mi atuendo para así evitar que enfoquen algo indebido que se haya movido en la caída. ─Tenemos que sacarle de aquí, alteza ─comenta mi guardaespaldas y asiento. ─Creí q