No hay lugar para los ángeles caídos (Edición en Español)

Capítulo 14

Capítulo 14

Mayo – 3,390 a.C.

Tierra: Villa de Assur

NINSIANNA

Lo encontró sentado en el techo, mirando fijamente hacia el moribundo sol, el cual emitía los últimos rayos sobre la montaña que marcaba la ubicación de su canoa espacial.

—¿Mikhail? —le gritó.

Bajó un ala y miró hacia atrás, su expresión ilegible. Ninsianna agarró un pequeño banco y se sentó junto a él. La puesta de sol se reflejaba en su piel, acentuando sus rasgos cincelados y dando la impresión de que el Angelical había sido tallado en piedra.

—Escuché lo que pasó —dijo ella.

Mikhail miró hacia un par de piedras que sostenía en sus manos. Alrededor de sus pies yacían cientos de pequeños fragmentos de pedernal.

—No fue nada —dijo—. Sabía cuando vine aquí que tu prometido me odiaría.

Miró hacia el oeste. Si hubiera