─El único “maldito problema” es que tú eres un culo frío de porquería ─farfullo, lanzándome de la isla de la cocina, para caminar hacia él y pasar por su lado. Mi orgullo es suficiente para no volver a sumir mi dominación por un poco de sexo… el mejor sexo, sí, pero es solo eso. Pienso, apretando mis manos en empuñaduras. ─¡Pudiste haberme comido completa! ─Grito, lanzando la puerta de su cuarto para encerrarme en él. Suelto una bocanada de aire, deslizándome sobre la cama, colocando mi mejilla encima de la almohada, sintiendo su comodidad. Como si hubiera tenido mucho tiempo sin dormir en un buen colchón o una cama que no lleve años conmigo. Abro los ojos, al recordar la foto que me dio mi hermana. Me siento de sopetón en la cama. ─¡Demonios, la he dejado! ─Murmuro con enojo por mi t