Marco rápidamente el número de mi madre. Escuchando el tono dos veces y cómo se detiene al último. ─Preciosa─ pronuncia mi madre de manera delicada y con su rasposa voz muy elegante. ─No sé qué impulso me llegó a llamarte, pero necesito decirte que te quiero mucho y lamento haber fallado como la perfecta hija que tanto has querido tener─balbuceo sin saber qué decir realmente. ─Eres perfecta, no tienes que lamentar nada─ reitera con calma. Escucho una delicada risa de su parte. ─¿Estás embarazada? ─ Inquiere de repente. ─¡No! Bueno... no que yo sepa─ respondo mirando mi reflejo en el espejo del baño aromático. ─Es que cuando me hablas de esa manera, siempre pasa algo que no sabes o no puedes controlar. Así sucedió cuando Cindy te metió en la cabeza que deberías de utilizar una falda