Capítulo 5 Poco después de que Papá desapareció, nos llevaron a La Ciudadela. Las habitaciones lucían nuevas, recién pintadas y sin manchas de sangre. Nos hicieron esperar tres días. Y entonces Mamá volvió y dijo que papá era un mártir. Miro mi tasbih, todavía envuelto alrededor de mi muñeca. Bultos de color rosado grisáceo salen de los pequeños agujeros que atan las cuentas de tectita. Estoy cubierta con los restos de los sesos de Lionel Everhart. Empiezo a llorar. ¿Por qué Alá me odia? Toco los restos del hombre que alguna vez lideró la rebelión. He oído rumores sobre él. Susurros. Que algún día Lionel y los rebeldes nos harían libres. Mamá nos advirtió de no hablar de sedición. Las personas que hablan sobre la rebelión suelen ser agentes de La Ciudadela, tratando de identificar a lo