Capítulo 18 Los tres discos plateados reflejan luz hacia los túneles. Me conducen hacia aquel que alberga los monumentos a los muertos. Paso mirando las fotografías de millones de personas asesinadas en una sola noche por unos cuantos misiles nucleares y bombas sucias, y otras fallecidas en las purgas que siguieron. Saco una foto del chico que maté anoche. La fijo en la pared, justo al lado de la imagen de los once rebeldes que el General Rasulullah decapitó. —Espero que hayas llegado al paraíso. Toco la foto, la cara del chico. Porque mientras esté viva, nunca olvidaré mi primer asesinato. El chico mira fijamente hacia afuera de la imagen con una expresión seria. Se siente como si estuviera esperando que yo hiciera algo para hacer valer su muerte. * Abro los ojos y miro fijamente e