Al ver a la mujer, la expresión emocionada de Cecilia se desvaneció instantáneamente.
Aquella chica se veía joven y una gran parte de su pecho estaba al descubierto. A primera vista, cualquiera podía notar que tenía una figura realmente buena.
Sin embargo, su peluca roja y sus gruesas cejas daban una imagen terriblemente contradictoria.
Ante esto, no era de extrañar que Tobias no se atreviera a elegir entre tantas jóvenes bellas y elegantes. Resulta que la percepción de su hijo sobre la belleza se había vuelto muy excéntrica.
Cecilia contrajo sus labios de manera nerviosa mientras un sinfín de emociones surgían en su corazón.
"¡Nada mal!", comentó ella en contra de su voluntad después de un largo rato.
En pocos minutos, Cecilia había elaborado un plan en su interior.
