Capítulo 11

1259 Kata
  Media hora después, Sheryl llegó a la universidad; cuando entró al salón, hubo un cambio repentino en el ambiente. Muchos estudiantes se disgustaron de verla, y algunos de ellos incluso murmuraron en voz baja: “¿Por qué está aquí?”   “Con un promedio como el de ella, ¿Cómo puede tener la cara de venir a la Facultad de Finanzas?”   Los estudiantes de la Facultad de Finanzas eran los mejores de la universidad, y la llegada de una princesa malcriada como Sheryl destruyó por completo la reputación de todos ellos. Asimismo, provocó el descontento de todos sus compañeros; a pesar de que escuchó todos aquellos feos comentarios, no mostró ninguna expresión en su rostro.   Sabía que se había comportado como una mocosa malcriada en el pasado y por eso tanta gente la odiaba, esto también fue en parte culpa de Julia. Debido a ella, ofendió a tanta gente y por eso tenían una mala actitud con ella; afortunadamente, estaba acostumbrada a eso, por lo que no le dio importancia. Después de sentarse, comenzó a ordenar sus apuntes para la siguiente clase; al abrir sus apuntes, repentinamente frunció el ceño de desagrado.   Su cuaderno estaba hecho un desastre, parecía que un huracán había pasado por ahí ¿Cómo iba a solucionarlo? No había forma de que ella continuara la clase, repentinamente le comenzó a doler la cabeza de impotencia; miró a su alrededor e inmediatamente sus ojos se iluminaron de nuevo. En un rincón no muy lejano, se encontraba una chica bien vestida y arreglada, estaba sentada tranquilamente, leyendo un libro.   Era Nancy Liam, un cerebrito en la facultad, se decía que era honesta e introvertida, rara vez trataba con gente y le encantaba estar en la biblioteca. En ese momento, también recordó que Julia le contó una vez sobre la obediencia y pureza de Nancy; también que ella pretendía ser inocente, pero en realidad, era la amante de un gran jefe de alguna empresa.   Después de que este chisme se extendiera, causó un gran impacto en Nancy. Desde entonces, sus notas bajaron drásticamente; Al final, no soportó la presión y tuvo que retirarse por un período de tiempo. Julia le contó que ella abandonó la universidad debido a la mala reputación que tenía, ahora que lo pensaba mejor, llegó a la conclusión de que ella estaba celosa de las buenas notas de Nancy. Por lo tanto, creó deliberadamente tal rumor, que la terminó por perjudicar.   En aquel momento, Sheryl confiaba ciegamente en ella, que creía todo lo que decía, burlándose de Nancy durante un tiempo. Pensando en eso, se sintió profundamente apenada y la saludó: “¡Qué bueno volver a verte Nancy!”   Inesperadamente, cuando ella la vio, fue como si hubiera visto al mismísimo diablo. Ella retrocedió un poco con miedo y le respondió: “Sheryl, ¿Qué... Quieres?”   Sheryl rápidamente dibujó una sonrisa y dijo con gracia: “No te preocupes, no te haré nada. Simplemente quiero que me prestes tu cuaderno, porque hace tiempo que no vengo a clase”   Nancy se preguntó por qué quería pedirle su cuaderno, sospechó la verdadera razón por la que esta princesa, de la que pensaban que era ignorante e incompetente le pediría sus apuntes. Después de dudarlo por unos minutos, aceptó prestárselo: “De acuerdo”   Al mismo tiempo, Julia entró al salón, y de casualidad vio esta escena. Parpadeó ligeramente con desdén e inmediatamente fingió caminar feliz hacia ellas. Cuando llegó le preguntó: “Ah, Sheryl, ¿Por qué has llegado tan temprano? ¿Qué estás haciendo aquí?”   Sheryl respondió vagamente: “Vine a pedirle prestado su cuaderno a Nancy”   Al instante, Julia se disgustó. ¿En serio Sheryl iba a estudiar? ¡Era una broma! Sin embargo, fingió estar muy entusiasmada: “Entonces, ¿Por qué no me pediste el mío? Sheryl, yo también he tomado nota de los apuntes”   Sheryl sonrió y respondió sin interés: “No hace falta, es mejor que eche un vistazo a las notas de Nancy, pues están ordenadas. Además, ya le pedí prestado, no tengo otra opción que copiar las suyas”   En realidad, recordaba claramente que los apuntes de Julia estaban incompletos, sin algunos de los detalles principales de las clases. No recordaba cuántas veces la profesora la criticó por este incidente; por su lado, Julia nunca admitió su error culpándola por ser descuidada y no copiar bien los temas. Como aprendió su lección, decidió que esta vez no se dejaría engañar; entonces tomó el cuaderno de Nancy y regresó a su asiento.   Julia frunció el ceño en el acto, tenía la profunda sensación de que Sheryl había cambiado completamente, ya que ella nunca actuó de esa manera. Después de copiar rápidamente, le devolvió el cuaderno a Nancy y le dijo: “Gracias, Nancy. Si no fuera por tu ayuda, no sabría qué hacer en esta clase”   Ella se sintió halagada y respondió: “De nada”   En ese momento, sonó el timbre, Sheryl regresó a su asiento y al instante entró el profesor. Después de pasar lista, comenzó la lección; aunque había copiado las notas, durante los tres primeros años de vida universitaria nunca había escuchado atentamente una clase. Por lo tanto, estaba un poco confundida; el profesor asignó algunas preguntas y les dio tiempo para que las contestaran. A la primera persona que llamó fue a Sheryl, el profesor la señaló y le indicó que diera su respuesta: “Sheryl, por favor, ¿Cuál es la respuesta correcta?”   Estaba estupefacta y solo fue capaz de tartamudear: “Sí... Sí...” Mirando las diversas opciones, no sabía cuál elegir.   Al verla tartamudear, el profesor la criticó descontento: “Claramente he mencionado esto en la última clase, ¿Por qué no prestas atención?”   Inmediatamente, sus compañeros estallaron de burlas y carcajadas, sintiéndose realmente impotente. Parecía que no bastaba solamente con copiar algunos apuntes y terminar el día, sino que tenía que estudiar más y repasar los temas pasados. Después de clase, empacó sus cosas alistándose para irse; Julia se acercó y le dijo con una sonrisa: “Sheryl, vámonos”   Sheryl no quería seguirla, entonces se negó e inventó una excusa: “No gracias, tengo algo más que hacer. Puedes irte si quieres”   Después de decir eso, vio a Nancy pasar por el salón de clases. Corrió apresuradamente detrás de ella con su bolso y dijo: “Nancy, espérame”   Ella se sorprendió al ver que la perseguía y Sheryl le explicó: “Lo siento, Nancy. Quisiera pedirte un favor, estoy muy atrasada en varios tema y no los entiendo ¿Podrías ayudarme?”   Nancy titubeó: “Esto...” Parecía estar en un dilema. Sabía perfectamente que no podía socializar con sus compañeros de clase, en especial con Sheryl. Ambas eran demasiado diferentes como el día y la noche.   Al ver que vacilaba, inmediatamente puso una expresión de pena, y le rogó: “Nancy, por favor”   Ella la miró y no soportó rechazarla, así que asintió y dijo: “Bueno, te pasaré mis apuntes más tarde”   El rostro de Sheryl se iluminó de alegría y le dijo: “¡Qué genial! ¡Nancy, eres un angelito muy amable! ¡Vamos, te invito a comer!” Luego, tomó su mano y se fueron felices a comer juntas.   Detrás de ellas, Julia las observaba con sorpresa y rabia; al ver toda la escena, no entendía la actitud que tenía Sheryl ¿Estaba mal de la cabeza? ¿Por qué de repente se acercó tanto a ese patito feo?
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