Último día en la escuela

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El punto de vista de Gabriela       Era tarde cuando escribí el último examen de mi tercer año. Estaba esperando a mi amiga Chloe y a su novio Alex fuera. Me alegró saber que el próximo año sería mi último año.       Para alguien como yo, tenía que darlo todo. No tengo suficiente dinero para pagar mi propia educación. Así que me aseguré de que mis notas fueran lo suficientemente buenas como para tener derecho a una beca.       Chloe lleva estudiando con una beca desde que inició la universidad. Pero suspendió varias de las clases y la beca dejó de proporcionarle ayuda financiera. Desde entonces, Alex le paga la matrícula. Alex me gusta. Tiene los fondos y respalda a Chloe. Llevan juntos desde el segundo año y se adoran. Los padres de Alex también adoran a Chloe. Realmente la adoran más que a su propio hijo. Cuando los dos discuten, siempre se ponen del lado de Chloe. Espero poder encontrar a alguien como Alex.       Es muy amable y sexi. Chloe y yo crecimos juntas en el orfanato. Nos echaron a las dos cuando teníamos 18 años. Después seguimos juntas, pero cuando Chloe cumplió los 19, Alex se mudó con Chloe, y ahora tengo la casa para mí sola mientras estudio y trabajo a tiempo parcial.        Chloe gritó: — ¡Hola Gaby! —Se acercaba a mí con Alex.   —Salgamos esta noche a tomar unos cócteles. Tenemos que alegrarnos. El año que viene será nuestro último año, y no voy a aceptar un no por respuesta. Te recogeré a las 6 de la tarde.       Ni siquiera me dio la oportunidad de hablar. Cogí un taxi hasta el taller, trabajé durante cuatro horas y volví a casa. Me duché, me maquillé y nunca me exageré. Siempre intenté parecer natural, así que me puse el vestido y los tacones.       Las instrucciones de Chloe eran que me pusiera un vestido y unos tacones. A las 5:45 p.m., ella me manda un mensaje.       — ¿Estás lista, perra?       Mientras me dirigía al vehículo de Alex, Chloe y Alex parecían completamente sorprendidos.       — ¿Se puede saber dónde has estado ocultando ese trasero? —comentó Alex.       Para mí, Alex era más bien un hermano mayor, mientras que Chloe era más bien una hermana. Alex era un estudiante a tiempo parcial que también trabajaba en la empresa de su padre. Era 5 años mayor que yo y que Chloe, pero estábamos en la misma clase. A pesar de que estos dos eran bastante protectores conmigo, también me animaban a encontrar un novio propio.       —Creo que vas a tener sexo esta noche —comentó Chloe.   —Oh, por favor, cállate. —Pobre de mí, sonreí. Nunca había visto a un hombre desnudo, y mucho menos besado, y menos aún tener sexo.       Alex nos llevó al club, que era realmente gigantesco. Nos acompañó al salón VIP que había reservado para nosotras. Chloe pidió varias bebidas. Fuera lo que fuera lo que pidiera, estaba delicioso y era una delicia. Ni siquiera podía decir que estaba consumiendo alcohol.       —Hola, Gaby. Que empiece la fiesta en la pista de baile.        Nos dirigimos a la pista de baile. El DJ estaba poniendo "Unstoppable" de Sia. Podía sentir que la gente me miraba. Miré alrededor de la pista de baile. Me irrité. Chloe y Alex se estaban besando. Volví a la barra porque estaba muy irritada. La pista de baile parecía estar reservada exclusivamente a las parejas. Bebí un sorbo de mi bebida rápidamente. Me quedé mirando al camarero, ya que era refrescante y jodidamente increíble, pero quería algo fuerte.       —Quiero algo fuerte —gruñí mientras dejaba el vaso en la barra.   —Puedo darte un trago de tequila —me ofreció el camarero.   —Claro, dámelo. —Me incliné hacia delante mientras me ponía un limón. — ¿Cómo se toma esto? —inquirí, con una sonrisa en la cara.   —Trágate el trago —dijo el tipo. El tequila me quemaba la garganta.   —Uno más —dije mientras volvía a colocar el pequeño vaso en la barra del bar. Me ofreció otro trago y también me lo bebí. Observé la zona. Quería hacer twerking. Siempre he sido un monstruo del twerking, y esa bebida hizo exactamente lo que quería. Volví a la pista de baile, esta vez sin importarme que fuera para las parejas. Estaba moviendo el culo, y podía sentir los ojos en mí de nuevo.       Por alguna razón, la mirada sobre mí aceleró el contoneo de mi trasero.       ¿Esto es lo que entienden por deseo s****l? Me eché a reír.       Sentí un cuerpo apretado contra el mío mientras me contoneaba. Quise darme la vuelta y mandarlo a la mierda, pero entonces me agarró el culo y deseé que me agarrara el otro par. Podía sentir mi coño palpitando en la entrepierna de mi tanga únicamente por ese agarre del culo.        Estaba desconcertada por lo que sentía. Nadie me había agarrado el culo antes. No tenía ni idea de cómo reaccionar. Nuestros cuerpos se balanceaban al unísono. Yo le seguía la corriente. Me agarró la mano, lo que me produjo escalofríos. Luego me hizo girar.       Mi espalda estaba contra él. Me acercó a él y luego empujó mi culo contra su entrepierna. Moví mis caderas al ritmo de la música, girando suavemente hacia él. ¿Qué estoy haciendo? Pero luego me encogí de hombros.       Me hizo girar una vez más, sin soltar mi mano. Entonces conocí al hombre que hacía que mi cuerpo sintiera cosas. Era alto, con pelo rubio sucio y ojos azul marino. Me tenía completamente cautivada. No podía apartar la mirada de él. Me miraba como si lo hiciera a través de mí. Era impresionante para un chico. Inspeccioné todo su cuerpo. Hombros anchos con una buena cantidad de músculos; muy musculoso. Tenía músculos que complementaban su físico. Un tatuaje en su hombro. No podía decir dónde empezaba el tatuaje, pero estaba asombrado. Podía decir que probablemente tenía 9, 10 u 11 años más que yo solamente con mirarlo. No me importó. Entonces dijo algo.       — ¿Te importaría traer más bebidas, nena? —Todavía estaba perdida tratando de evaluarlo. Entonces tragó y se aclaró la garganta. En ese momento me di cuenta de que estaba diciendo algo.   — ¿Eh? —Sonrió con una sonrisa de satisfacción.   —Venga, vamos a tomar unas copas.   —Desde luego, claro. —Entonces escuché a mi amigo humillarme.   —Tienes que follar esta noche y perder la virginidad. —Me di cuenta de que estaba ebria.   —Siento mucho lo de mi amiga. Por favor, no le hagas caso.   —Está bien. ¿Vamos a por unas copas o nos vamos de aquí? —Preguntó.
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