Capítulo 9
644 Kata
"¡Ya basta!" Dale Xi tiró sus cubiertos sin dudarlo en cuanto escuchó la palabra "hijo". Los utensilios cayeron al suelo resonando. Anna Xi no se inmutó, cogió una taza para tomar un sorbo de agua y la puso sobre la mesa con tranquilidad.
"Papá, ahora que he regresado, no quiero nada, solo quiero a mi hijo". Anna Xi miró a su padre con una expresión desconcertante. Durante casi tres años, no había sabido nada del niño y en este momento, no tenía idea de dónde estaba su hijo o si había sobrevivido.
El rostro de Misa Xi se ponía cada vez más pálido, sus ojos se veían un poco rojos. Miro fríamente de reojo a Anna Xi : "¿Regresas vestida como una pordiosera y todavía quieres a tu hijo? Anna Xi, ¿estás soñando despierta? En el momento en el que ese niño nació, ya no era tuyo". Anna Xi apretó los dientes y sintió como si algo se le atorara en la garganta, por un momento, no pudo decir nada más.
"El niño… Christian Xie se lo llevó." Dale Xi dijo estas palabras. Anna Xi frunció las cejas al escuchar esto. Siempre pensó que Misa Xi y Christian Xie se habían casado después de que ella fuera a prisión, y que el niño debía estar con ellos, pero en este momento, parecía que después de todo no se habían casado.
“Christian Xie...” Anna Xi, con una apariencia fría, murmuraba el nombre una y otra vez. Respiró hondo y se levantó de la silla. "Como no estabais preparados para recibir visitas, no me quedaré esta noche. Nos vemos mañana, papá." Anna Xi se mantuvo indiferente, recogió su equipaje del suelo y salió. Tan pronto como cerró la puerta, escuchó a Eiza Qi gritar y llorar; Anna Xi no tuvo ninguna reacción y se fue del chalé de los Xi.
En la ciudad de Nancheng, hacía mucho frío durante la noche y tenía poca ropa, por lo que tuvo que ajustarse el abrigo para protegerse del frío. Ella estaba enferma y durante su tiempo en prisión, sufría de anemia severa y reumatismo. Cuando el viento sopaba, sentía que le dolía todo el cuerpo. Tenía la intención de tomar un taxi y encontrar un hotel después de salir de la Villa Hua Ding, pero antes de que pudiera dar unos pasos, la sensación de mareo que había sentido en el avión volvió. Apenas había comido algo desde que subió al avión, la anemia había empeorado y también se le había bajado el nivel de azúcar en la sangre.
La noche estaba completamente oscura, no podía ver el camino por delante y se estiró para apoyarse en la barandilla de un jardín al azar. Con un poco de esfuerzo, trató de sacar algunos dulces que tenía en su bolso para aliviar los síntomas; sin embargo, después de buscar un rato, no pudo encontrar ninguno. Luego, su mente quedó en blanco y se desmayó.
Lo que sucedió en el avión eran solo los primeros síntomas y en ese momento no había perdido el conocimiento por completo, pero esta vez, ella había perdido la conciencia completamente y se desmayó. En este momento, dos guardias salieron del chalé para hacer cuidar el lugar. "Parece que hay alguien allí." Uno de los guardaespaldas, que tenía ojos penetrantes, vio a una mujer tirada en el suelo y corrió frunciendo el ceño. "Es una mujer. ¿Tenemos que llamar a la policía?" El otro guardia corrió tras él y le tomó el pulso a la mujer para asegurarse de que siguiera con vida.
"Primero hay que meterla. No sería bien visto que una mujer esté tirada en la puerta de la casa de Xie, si alguien ve esto, la reputación del Sr. Xie se dañaría". "Sí", uno de los guardias llevó a Anna Xi dentro del chalé.
- Penulis
