Espiando

2278 Palabras
Una de las cosas que me gustaba hacer en mi tiempo libre era subirme a la azotea y escuchar música viendo la calle ¿Por qué? Pues simplemente siempre me había gustado. La música era una forma de escapar y ese era mi modo para escapar del mundo y olvidarme de todo lo que hacía. La brisa del viento chocaba contra mi rostro haciendo que mi cabello se fuera para atrás a los compas de la brisa, estaba perfecto para una foto Tumblr, pero bueno, yo no era de las chicas que se tomaban fotos todo el día, no era porque yo no quería, el problema era mi cámara, era horrible. El tiempo paso mucho más rápido de lo que me lo esperaba, de un momento a otro ya estaba oscureciendo indicando que tenia que bajar de nuevo. Me saque los audífonos, los guarde en mi bolsillo y me dispuse a bajar, pero algo llamo mi atención, o mejor dicho alguien: Austin. Si, era algo extremadamente raro, en los cuatro años que me había dedicado a espiarlo nunca me había percatado que él también subía a la azotea y mucho menos que fumaba ¿Dónde estaba el niño bueno? Fruncí las cejas sin entender que es lo que estaba sucediendo, me coloque de cuchillas y empecé a caminar más cerca de donde él se encontraba, una vez que ya estaba a una cercanía considerable lo observe con más detenimiento. Llevaba una sudadera negra –la misma que ayer. – vaqueros negros y en resumen todo lo que tenía era n***o resaltando toda su hermosa piel. Un libro reposaba en la mano derecha y en la izquierda llevaba un cigarrillo, se le veía realmente sexy, tan sexy que por poco me daba un orgasmo visual. Me mordí el labio sin querer y continué observándolo. Me senté como indio y me quedé allí, viendo que hacía. Austin no se percataba que me encontraba allí, continuo pasando las hojas de su libro mientras fumaba el cigarrillo mientras que millones de preguntas se formaran en mi mente. ¿fumaba? ¿Por qué esta allí? ¿acaso no he sido una buena acosadora? ¿Por qué carajos era tan sexy? Bueno, la última siempre me la preguntaba, no entendía como era que Austin podía ser tan sexy sin necesidad de arreglarse demasiado. Mi celular sonó, luego lo hizo mi alarma y finalmente el grito de mi padre inundo la estancia. ¡j***r! ¿acaso no le había dicho que no molestara? Saque mi celular y baje todo el volumen, pero no conteste a los gritos de mi padre, sabía que él era demasiado flojo como para subir a la azotea, así que aquello era un problema menos. -¿no contestaras? – dijo alguien sacándome de mis pensamientos. Levante la mirada y quede completamente helada al ver a quien tenía mirándome. Vaya, había olvidado que mi crush era humano y podía escuchar. Austin había cerrado su libro y tenía la mirada centrada en mí. ¿tendría que decir que me observaba con una sonrisa? ¿Qué me miraba con odio? ¿Qué me miraba con la mirada brillosa? ¡j***r! ¡Austin Mahone no tenía malditos sentimientos reflejados en su rostro! Simplemente se encontraba mirando como una persona mirara una lechuga, si, así de fría era su mirada, así de normal era yo. Una sonrisa nerviosa se formó en mis labios ¿Qué carajos le diría? -vamos Steven, no tienes que mentir, sé que estabas espiándome ¿Por qué? No tengo ni puta idea, pero no lo vuelvas hacer. – agrego Austin clavándome cuchillos con la mirada. Trague duro. La nueva versión de Austin me daba mucho más miedo que gusto. -no te estaba espiando. – solté sin pensarlo mientras me levantaba de mi lugar. – simplemente estaba recogiendo mis audífonos. - vaya, no sabía que para recoger los audífonos se guardan en los bolsillos y espiabas a tu vecino. – dijo con sarcasmo. - entonces estas reconociendo que eras tú él que me espiaba. – respondí cruzándome de brazos.  Vaya, las cosas habían cambiado. -si, te estaba mirando ¿y que? La vista es libre. – dijo. Abrí la boca para responder, pero no salió nada de ella, volví a intentarlo, pero tuve el mismo resultado ¿Qué se suponía que tenía que hacer? -lo suponía. - agrego antes de dejarme parada como idiota tratando de tramitar todo lo que había sucedido. Primero cualquier chica que quiere acercarse a su crush no hacia lo que yo hacía, segundo ninguna chica se ponía a pelear con su crush, tercero una buena acosadora de su crush nunca era descubierta. ¿Qué carajos acababa de suceder? Bajé las gradas una vez que volví a escuchar el grito de mi padre. Él se encontraba corriendo de un lado a otro mientras mis dos hermanos saltaban con dos zanahorias en sus manos. solté una carcajada. Mi familia estaba loca. -ve a cenar antes que... - y antes que pudiera seguir escuchando corrí hacia mi comida. No quería que mi hermana mayor se comiera mi comida. Karim era de todo menos amable, era una maldita a la hora de comer o bueno, conmigo lo era siempre ¿Por qué? Pues simplemente no lo entendía, toda la vida se había dedicado a hacerme la vida a cuadritos. Una vez en la cocina corrí hacia mi lugar y le eché aquella salsa goldpara que mi hermana no me lo quitara. A mi tampoco me gustaba, pero aquello era el sacrificio que tenía que hacer para que ella no se comiera mi comida. No pasaron demasiados segundos cuando mis dos hermanos, el par, la pareja, los dos demonios de casa que casualmente eran iguales en físico y en pensamientos, eran gemelos, se acercaran corriendo a donde nosotras nos encontrábamos y detrás de ellos venia Ashton, mi hermano favorito, era una copia de Austin, pero mi familiar, era un año menor que yo, era como un chico Tumblr, no hablaba con nadie que no sea yo, no le gustaba socializar y... era Ashton. -bueno chicos, ahora que se encuentran todos juntos creo que es tiempo de darles una noticia. – dijo mi padre sacándome completamente de mis pensamientos. Me lleve unos tallarines a la boca para centrar mi mirada a donde mi padre se encontraba, Ashton hizo lo mismo al igual que los gemelos y mi querida hermana. Mi padre tomo una bocanada de aire. Lucia nervioso. -creo que es tiempo que se enteren y por favor no continúen comiendo.- dijo al ver a uno de los gemelos mordiendo la albóndiga. – no se cómo decirlo, todo sucedió de un de repente y hasta yo mismo estoy asombrado de como se dieron las cosas, pero creo que ha llegado el momento de... -¿Qué quieres decir padre? Dilo de una vez, no es como si nos presentaras a nuestra madrastra- trato de bromear Karim, pero aquel chiste tan solo logro más incomodidad en los presentes y nervios en mi padre. ¿Qué estaba sucediendo? -en realidad... chicos les quiero presentar a una persona que se ha vuelto especial en mi vida, pensé que no volvería a sentir esto desde que su madre se fue... pero bueno, aquí estoy, completamente enamorado de Charlotte. – dijo mi padre con un peculiar brillo en los ojos, pero, j***r, no me importaba para nada el puto brillo que había en sus ojos, lo único que importaba era que estaba dándonos a entender que estaba olvidando a mi madre. A mi madre. ¡su esposa por más de quince años! La estancia se sumió en un completo silencio nadie decía nada, nadie se atrevía a abrir la boca por tan solo un segundo, todos se encontraban en shock al igual que yo lo estaba. ¿Cómo carajos me tenía que tomar la noticia? -me cago en la puta madre. – la voz de Ashton inundo la estancia. Estaba furioso, su mirada lo decía, estaba tan furioso que temía por las cosas que se encontraban a su alrededor. – no me jodas, esto es el colmo. – y sin mas se levanto de su lugar. - ¡cuida esa boca jovencito! ¡es con tu padre con quien estás hablando! – grito mi padre, pero lo único que logro fue que se escuchara el ruido al estampar un florero contra la pared. Mi padre volvió a gritar, pero era demasiado tarde, la puerta de Ashton ya estaba cerrada. - su hermano es un malcriado, no entiendo... - sí, un completo malcriado, que cabe resaltar es tu hijo y tú lo criaste, y claro, no entiendo como carajos hasta ahora no te mando a la mierda, será tal vez porque no tiene los cojones bien puestos, pero yo si lo hare: vete a la mierda, no me importa nada de tu r****a y tú. – dijo mi hermana interrumpiendo a mi padre. j***r, mi hermana había dicho todo lo que yo no hubiera podido decir en toda mi puta vida. ¿Cómo carajos tenia los pantalones bien puestos? - yo no quiero otra mamá- dijo un gemelo mientras empezaba a llorar y el otro lo seguía, ambos salieron corriendo hacía sus habitaciones al igual que otros dos hermanos lo habían hecho. - ¿Chris? – pregunto con temor esperando a mi respuesta. Mi cabeza estaba hecha todo un embrollo, por un lado estaba mi padre, ese que entrego sus mejores años a la educación de sus hijos rompiéndose el lomo trabajaron y por el otro estaba aquel hombre con sueños, egoísta que fue desapareciendo a medida que sus sueños se esfumaban. ¿lo peor? Que a ninguno de los dos lo apoyaban, siempre me consideraba a las madura en mi familia, a pesar de tener aquel lado fangirl saltando por todos lados, en tema que impresionaban, donde se supone sacas lo peor de ti, siempre yo era la que lo afrontaba con la cabeza fría, al igual que lo hice cuando me enteré aquella nefasta noticia sobre mi madre. -necesito estar sola. – y sin más fui la quinta persona en salir corriendo del comedor, pero con la diferencia que yo salí a la calle, no quería estar en mi habitación, no quería en ninguna parte de mi casa porque todo me recordaba a ella, absolutamente todo, aun podía sentir el aroma de ella revoloteando por la casa, el olor de sus comidas por la cocina, sus risas por toda la casa, su aliento detrás de mi cuello cada vez que entraba a mi cuarto y leíamos juntas un cuento hasta que me quedaba dormida entre sus brazos. Esa maldita casa era la autora de mis mejores sueños, pero también de mis más nefastas pesadillas. La calle estaba desolada, no había gente, no había ni siquiera aquel sonido irritante que algunos lo llamaban brisa, no había nada, todo parecía un cementerio, aquellos que te hacen sentir como en una película de terror. A lo lejos vi un parque, de pequeña siempre me gustaba pasar mi tiempo ahí, pero con todos los problemas terminé por dejar de concurrir allí. Corrí allí y me senté en un columpio como en los viejos tiempos, me empecé a balancear mientras trataba de pensar en otra cosa que no fueran las palabras que mi padre me había dicho. - ¿ahora también dirás que no me estabas espiando?- dijo una voz sacándome de mis pensamientos. Parpadee varias veces volviendo a la realidad, a veces me quedaba con los ojos abiertos dormida. - yo solo... estaba.... ¿a qué has venido Austin? – pregunté levantando la mirada para encontrarme con aquellos hermosos ojos. - estaba caminando y te encontré sentada aquí. – dijo este encogiéndose de hombros. Asentí lentamente. - ¿estabas llorando? – pregunto dejándome por segunda vez en el día sin palabras. ¿en qué momento las lágrimas habían escapado? - estoy mojada. – me limite a responder mientras me pasaba las manos por todo el rostro tratando de eliminar cualquier rastro que indicara que estaba llorando. - si claro ¿esperas a que me crea eso? – dijo sentándose en un columpio que estaba al lado mio. Asentí lentamente mientras una sonrisa se formaba en mis labios. - pues no me lo creo, de verdad Chris ¿Qué sucedió? – pregunto dulcemente haciendo que todo dentro de mi volviera a temblar ¿Cuántas personalidades tenia Austin? ¿acaso un momento me odiaba y al otro se comportaba atento conmigo? ¿Qué carajos le sucedía? - problemas. – respondí con simpleza mientras me encogía de hombros. – más bien, ¿tu qué haces aquí? – agregue cambiando de tema. -no podía dormir y no quería despertar a mis padres. – dijo Austin. Una carcajada salió de mis labios. Austin fruncio el ceño. - ¿Quién duerme a las siete de la noche? Es muy temprano, es obvio que no ibas a poder pescar el sueño – respondí obvia, pero esta vez fue Austin quien rio. - ¿en serio Steven? Son más de las once de la noche, es raro que aún no consiga dormir- dijo él. Y aquello fue suficiente para que me llegara a preguntar cuanto tiempo estaba sentada en el columpio. ¿me había dormido con los ojos abiertos? -creí que era... temprano. – fue lo único que dije. Austin sonrió y pude ver como pequeños hoyuelos se formaban en sus mejillas. Uno Dos. Tres segundos de silencio hasta que Austin decidió romperlo. -el profesor Mc Cabe dijo que yo haría tutorías este año y me asigno a ti, así que... ¿Cuándo empezamos? – pregunto. Sonreí, lo había olvidado por completo, se suponía que aquello iba ser mi excusa para hablar con Austin, pero bueno ya lo estaba haciendo. - tengo taller todos los días, asi que... no lo se- dije encogiéndome de hombros. - cierto, también tenemos que hacer eso. Podemos hacerlo después del taller media hora. – dijo Austin mientras miraba hacia adelante. Asentí. - está bien, pero es una hora dos veces a la semana, así que... ¿Cómo lo haremos? – pregunte - el profesor no tiene por qué enterarse. – dijo sonriendo de lado mientras que su mirada esmeralda se posaba en mí. Sonreí. - entonces nos vemos – dije levantándome del columpio. Sonreí y continué mi camino dejando a Austin sentado allí. Había sido una gran noche y estaba mas que segura que me esperaba un gran día. 
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