Capitulo 3

1092 Palabras
Al oírla, Aixa respondió: "Katherine, no molestes con eso, que ese idiota deje de molestar". Katherine se molestó y respondió: "Mamá, parece que es importante. Él dice que le hiciste la promesa de ver sus mensajes si de verdad lo amabas". Aixa resopló y dijo: "Katherine, cumpliré mi promesa, al igual que él en la suya de darme un bebé cuando regrese de echar a los demonios". Aixa empezó a reír ante el rostro amargo de Katherine. Luego de verla reír, Katherine dijo: "Mamá, ¿qué pasó contigo? Sé que papá se portó mal contigo, pero al menos deberías ver que quería. Seguramente te explicaba qué sucedió en esos correos". Aixa resopló y respondió: "Tu padre me pasó. Yo era una mujer feliz con grandes sueños antes de conocerlo. Luego lo conocí y mi vida se transformó en un caos. Lo odio, oíste, lo odio". Katherine resopló molesta y dijo: "Recuerda que es mi padre y siempre lo amaré. No vuelvas a hablar así de él delante de mí o me iré a vivir con las tías. Si tú no fuiste capaz de alejarte de él cuando te lo pidió, no es su culpa. Me iré a seguir con mis estudios. Que tengas un buen día, madre". Katherine salió después de hablar, mientras Aixa se quejaba molesta con ella y gritaba: "No me esperes hoy, tengo una cita, así que volveré tarde". Katherine se detuvo y dijo: "Mamá, es la cuarta cita que tienes este mes. Espero que al menos esta vez sea con el último hombre que viste en la anterior". Aixa sonrió y dijo: "Claro que no, ese idiota no logró complacerme. Este es un doctor muy lindo. Las enfermeras dicen que es un gran amante. También que tiene algo especial. Veré qué tan especial es él esta noche". Katherine golpeó su frente en forma de decepción y dijo: "Haz lo que quieras, te veré mañana". **** Aun cuando las cosas no estuvieron bien entre Aixa y Abby el primer año, cuando Máx y las chicas volvieron a Estados Unidos, ellas se amigaron. Aixa entendió que Abby no fue culpable de lo que yo le hice. Así que ahora trabajaban junto a las chicas en el hospital que Aixa había creado muchos años atrás. Ellas salían juntas de juerga tratando de vengarse de mí, acostándose con cualquier idiota que les gustara. Ambas sabían cuánto me molestaba el pensarlas con otros. **** En el infierno, un minuto antes del plazo para salir del infierno con la posibilidad de buscar el perdón de Dios, o quedarme y rogar que Luna y Lucas no murieran o se casaran. Lucifer reía viendo mi rostro molesto por no salir de aquí 59 minutos atrás. Él decía: "Niño sin alma, te quedarás aquí por la eternidad, al igual que este idiota. Ya ríndete, igual que él, el amor no te sacará de aquí". Yo resoplé y dije: "Te equivocas, saldré de aquí. Tal vez no por el amor de Aixa, pero sí por el de mi madre. Ya puedes burlarte si quieres, el plazo pasó. Esa perra me condenó a vagar por la tierra hasta que acabe y por cualquier otro mundo del universo, por siempre". Lucifer resopló y dijo: "No saldrás de aquí. Esa vieja morirá cuando mi hermano se canse de sus vacaciones y acabe con toda tu familia". Después de hablar, empezó a reírse una vez más. Luego volvió a decir: "Oh, ahora sí, el plazo pasó. Niño sin alma, si que amaste a esa mujer, te condenaste a venir aquí por ella en vez de ir al paraíso. Qué idiota eres. Aun que te confieso que en un momento lograste hacerme dudar. Quizás también vaya a la tierra y me enamore. Tal vez también quiera volver aquí por el amor de una mujer". "¡Jajajajaj...! Jajajajaja, jajajajaja". Él volvió a reír a carcajadas. Yo estaba muy molesto, así que dije: "Mi madre no fallará, ella sí me ama. Sin embargo, a ti, ¿quién te ama? Los demonios, tus hermanos. Naaa. Oh, espera, sí hay alguien que te ama: tu padre, sí, él te... no, espera, él tampoco te ama... jaja... jajaja... jajajajaja". El sujeto de al lado también empezó a reír. Nosotros nos hicimos amigos en estos dos años terrestres, o dos siglos en el infierno; solo nos teníamos entre nosotros. Claro que al oírme, Lucifer se enojó. Él dejó sus burlas y sus risas y dijo: "Maldito, no hables de mi padre, él sí me ama". Yo seguía riendo a carcajadas al oírlo y seguí burlándome: "Ohhh, pobrecito, papi no lo quiere, y Lucy está molesto". Yo seguía riendo a carcajadas con el otro sujeto. Lucifer se molestó, entró a mi celda y estaba a punto de golpearme, pero se detuvo. Al ver esto, dije: "Hazlo, golpéame, ya no me interesa nada. Quiero ver cómo Khamael llega hasta aquí y hace lo que tantas ganas tiene desde el Big Bang". Lucifer se molestó, pero volvió a salir de la celda y dijo: "Tal vez algún día me canse y deje que ese chupamedias llegue aquí, pero ya sabes lo que pasó la última vez que vino. Tu preciada humanidad también morirá cuando lo haga, y esta vez no habrá un Noé". Luego de hablar, se fue muy molesto. Mientras el otro sujeto reía, decía: "Estuve aquí, ¿cuánto? Tres mil años terrestres. Jamás había visto a ese idiota enojado. Si él se molestó contigo, no puedo imaginar cómo hiciste enojar a esa mujer". Yo resoplé y dije: "Que se pudra esa idiota. Saldré de aquí y cuando lo haga, yo tampoco sentiré amor. La asesinaré sin dudar". El sujeto sonrió y dijo: "Cálmate, estás molesto y frustrado. Sé que extrañas a los tuyos, pero pasará en un siglo. Al menos yo dejé de extrañar todo en tres siglos aquí". Yo resoplé y dije: "Salomón, guarda silencio. Dame unos días de paz, quiero pensar". Él asintió, pero antes dijo: "No quiero ser cruel, pero lo mejor sería que esa mujer a la que llamas madre muera. Salir de aquí sería ver morir a toda tu descendencia hasta el fin de los tiempos, mientras vagas solo por siempre". Yo resoplé y respondí: "Tal vez tengas razón, pero tenía la esperanza de ver graduarse a mis niños, molestar a mis niñas en sus primeras citas, ayudar a los niños a conquistar mujeres. Pero ya lo oíste, me tendrá aquí el tiempo máximo, y en 30 años mis niños ya habrán pasado todo eso, se casarán, tendrán hijos, y ya nadie me recordará".
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