“El mayor logro no está en nunca fallar. Está en levantarte después de cada caída” *** Limpio con la punta de mis dedos suavemente mis ojos; si algo había aprendido cuando vivía en este lujoso suburbio, fue como limpiarme las lágrimas con estilo para así no quedar marcada como un mapache con el rímel corrido. Me detuve al lado de un arbusto, abrazándome a mí misma ante el fuerte viento frío de Chicago; fui una estúpida. ¿Cómo no pude siquiera imaginar que mis padres estarían aquí? Me giro y contemplo la entrada del lugar; las pulidas puertas de mármol con acabados egipcios daban la bienvenida a esas alargadas y presumidas familias ricas; había estado muchas veces en este lugar; incluso, aún recordaba mi fiesta de quince años, había sido la noche más feliz de mi vida, cuando el abuelo m