Capitulo III.I

3571 Palabras

Yelena agradeció la intervención de William en aquellos momentos tan incomodos y aún más, que esté se diera cuenta de lo que pasaba con ese hombre tan imprudente y atrevido que de verdad cada vez lo odiaba mas, se fue corriendo al lado del confesionario esperando que cuando terminara el doctor ya no estuviera en la capilla, Pemberton no era un hombre feo y si tuviera otra mentalidad posiblemente hubiese caído rendida a sus pies cuando esté comenzó a cortejarla con apenas quince años, sin embargo, Amaranta le había enseñado la malicia del hombre y la seducción de la mujer, aprendió a interpretar las miradas, escuchar con atención las palabras y entre palabras, a ver mas haya de los simples gestos e interpretarlos correctamente, no habría ser humano en ese lugar que pudiera endulzar su mente

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