La venganza de la ex esposa

Narrador Los mas rápido que sus pies le permitían, Aradia avanzaba por el amplio pasillo del hospital; tenia que darse prisa antes de que su abuelo pereciera y era por esto que caminaba lo más rápido posible Ella tenia 4 años sin verlo; 4 largos años, en los que tuvo que hacer de todo para convertirse en quien es ahora; con sus zapatos de diseñador, y su bolso de channel, la mujer parecía toda una diosa inmaculada a su paso, que captando la mirada de todos, los cuales, se quedaban atónitos al ver que se trataba de ella —¡Aqui estoy abuelo... Llegue! Con la respiración un poco agitada, pero sin perder el glamour, la mujer solo quito sus gafas de sol, y dejando ver sus hermosos ojos azules, el anciano solo sonrió al notar que se trataba de ella; su hermosa nieta, la que de verdad lo amaba; no por la fortuna que le dejaría, sino por sentimiento sincero. El anciano con manos temblorosas, se acercó a su niña, y tras acariciar su rostro, notó que no era la misma de hacia 4 años atrás —¡Has regresado cariño! Pensé que la bruja de Bruna te había lastimado, pero no es así... ¡Vives mi Aradia! El señor se veía gozoso, de al fin tenerla a su lado, así su heredera legitima tomaría sus bienes y no la bruja de su nuera, que no era mas que una trepadora que logro engañar a su hijo, el tonto de César King —Tengo tanto que decirte ¡Cof! ¡Cof! Por desgracia, su estado de salud no era el mejor, y la tos no lo dejaba continuar, por lo que sonriendole; Aradia solo lo ayudó a acostarse para que no se agitara mas —Lo se abuelo... Y yo también tengo tanto que contarte... Pero ahora descansa, que el agitarse no te ayuda, trata de dormir un poco De no ser por que Aradia estaba a su lado, el no creería que se tratara de ella, estaba tan distinta... Su cabello, su cuerpo, su forma de hablar; no era ni la sombra de la Aradia de antes, que cualquiera que la ve, no la reconocería como la frágil nena que se marchó En su pasado, el color castaño adornaba su cabello corto y marchito; ahora, una melena hermosa rubia, con rulos relucientes, la hacian ver deslumbrante, sin mencionar su cuerpo; su esbelta figura y sus delgadas piernas, supuran elegancia, haciéndola ver como una modelo de revistas —No tengo tiempo cariño... Mi corazón El monitor de la nada, empezó a titilar anunciando lo agitado que se hallaba el anciano, y tomando su mano, ella solo intento calmarlo, lo cual no logró, por qué el solo se exhalto más de debido —¡Tu madre Ari!... Ella...ella esta.. De la nada, el monitor reveló una línea recta en su pantalla, y el sonar del pitido; anuncio la muerte del patriarca King, la cual dolió hasta lo más profundo del ser de Aradia, pero conteniendo el aire, ella solo se trago sus lágrimas No podía demostrar debilidad en ese instante; No, cuando apenas llegaba, No, cuando los King y los Herreras, empezarían a ver el inicio de su ruina Girándose, tratando de no derrumbarse allí mismo; Aradia, pretendió salir de la habitación al ver que los médicos empezaban a llegar, y hallándose a un caballero de ojos miel y cabello oscuro, este solo le extendió su mano sin previo aviso —Leonardo Campbell... Es un placer El hombre tenia porte elegante, una barba no muy larga, bien cuidada; zapatos de marcas y un portafolio del mismo; al parecer era un abogado, bastante guapo. Aradia de manera impetuosa solo asintió, y estrechando esta, se presentó con un tono de voz bastante neutral —Aradia King... El hombre parecía estarla esperando, por que apenas las formalidades finalizaron, inicio con lo que ella imaginaba —La lectura del testamento se hará el día de mañana en la mansión de la familia, cabe mencionar que al ser una de las herederas debe de estar presente, por lo que la estaremos esperando El tono del caballero era formal, se notaba que llevaba poco tiempo trabajando para el abuelo, ya que en el pasado nunca lo había conocido; y eso que en ocasiones asistía a su abuelo como una abogada recién agresada de la universidad. —De igual forma... Mi tarjeta para que se coloque en contacto conmigo Extendiendo una pequeña tarjeta azul, con las letras doradas, ella sola la recibio y luego de despedirse; camino fuera el hospital. Ella no tenía nada que hacer allí, el único de los King que tenía importancia para ella, era su abuelo y ya no estaba, así que no tenía sentido quedarse, para ver cómo el resto de la familia se lamentaba por una muerte que no les afectaba tanto como a ella; solo su tía Fiorella, se vería realmente dolida por la muerte de su padre Los tacones de la mujer golpeaban el suelo con la misma constancia, y saliendo del lugar, antes de caminar hasta su auto, una chica demasiado familiar para ella, se acercaba aferrada al brazo de Massimo, su ex esposo La mirada de ambos se cruzo en cuestión de segundos, y sintiendo como un vacío enorme se instalaba en su pecho; Aradia, solo exhalo el aire para contener el dolor de ver esa imagen. Aun así, no lo demostró, y solo coloco su rostro imperturbables, al igual que su mirada fria, que solo hacia sentir inferior a cualquiera que la observaba —¿Ari? ¡Hermana! Fingiendo alegría, la muy hipócrita de Vivían, se arrojó a sus brazo para abrazarla, y sin siquiera responder a este, Aradia se quedó sin moverse con sus manos separadas del cuerpo de su media hermana —No sabes lo alegre que estara papa de verte, tiene años buscándote ¡El abuelo! Ari tienes que verlo Tomando su mano, Vivian quiso arrastrarla dentro del hospital y manteniéndose inmovil, Aradia solo fruncio sus labios conteniéndose de no decir lo que pensaba —¡Murio! De su boca esta palabra salio de manera fria, y fingiendo dolor, su hermana se arrojo a los brazos de Massimo; quien no paraba de ver a Aradia, que no era ni la sombra de la mujer de la cual se divorcio Aradia conociendo lo teatral que solía ser Vivían, solo tomo sus gafas de sol, y colocándoselas de nuevo, cruzó la calle y abordo su hermoso Ferrari rojo, para marcharse ¿Que le había pasado a Aradia? ¿Por que ya no era la misma tonta del pasado? Se pregunto Massimo, sin saber que la principal razón de su cambio, fue el En el pasado... Con su cuerpo empapado y tembloroso a causa de la lluvia, apenas el auto de Massimo se detuvo a su lado; Aradia subió a este un poco nerviosa La chica venia saliendo de una cita medica por sus repentinos mareos, y tratando de hallar las palabras adecuadas, quería decirle que serian padres; Massimo solo la observó con pequeño recelo, y luego de colocar el vehículo en marcha, dijo algo que hizo que el corazón de Aradia se detuviera en ese mismo instante —¡Debes firmar el divorcio! Vivían regreso La mirada de asombro de la asustadiza mujer, paso del cristal de la ventana, a su esposo y abriendo su boca no daba crédito a lo que escuchaba ¿Divorcio? ¿Cuando ella estaba esperando un hijo de el? Massimo al escuchar el silencio de su parte, sólo aferro sus manos en el volante y apretando su mandíbula, esperaba una respuesta, listo para estallar en cólera si se negaba a dejarlo libre —No tiene sentido seguir casados... sabes que no te amo... Sino fuese por la droga y por qué te escabullistes en mi cama la noche de mi compromiso con vivían, yo no estaría contigo, sino con ella El corazón de Aradia dio un pequeño crujir al escuchar tal cosa, habían pasado tres años y por mas que ella les explicase lo sucedido, nadie le creía, ni siquiera el, quien después de convivir tantos años con ella, aun no la conocía. Lo peor de todo, es que ellan decía la verdad, y jamas se metió por voluntad propia a su cama; fue Bruna, quien sabiendo su amor platónico por Massimo, los drogo a ambos y los hizo meterse en la misma cama, con el fin de que el abuelo la sacara del testamento, solo para que Vivían se quedase con todo los bienes de la familia La deshonra empaño la reputación de los King y de los Herreras; y tras llegar a un acuerdo el abuelo de Aradia, y el padre de Massimo, estos se vieron obligados a casarse para apaciguar los rumores de la sociedad que la tildaban de ser una resbalosa Vivían dolida por que el plan de su madre salio mal, solo se marcho al exterior a un crucero de 3 meses por todo el mundo; y tras residenciarse en España por Casi 3 años, regreso pretendiendo recuperar a Massimo, quien ya estaba casado con su media hermana Aradia solo respiro profundo ante el dolor que la azotaba, que si bien ella supo que el se caso por obligación, pensó que con el tiempo la amaria, pero no fue así, y solo su odio emergió de esa unión Ella saco el resultado de su bolsa, y cuando estuvo a punto de tenderselo, se detuvo en seco; mientras el observaba el camino. ¿Para que entregárselo? ¿Cambiaria de opinión? Claro que no, esto solo seria motivo para que la acusaran una vez mas de arribista, por lo que estujando el papel, sólo abrió la ventana; mientras que las gotas de lluvia salpicaban su rostro, y después de meditarlo unos segundos más, solo lo arrojo a la calle. Mássimo la quería fuera de su vida; y así seria, de ella no sabría nada más. Al llegar a la mansión, Aradia descendío del auto con el corazón en la mano, y tras extenderle una carpeta Massimo, solo espero a que ella firmase Con sus manos temblorosas, Aradia solo elevo su rostro tratando de contener las lágrimas que clamaban por salir, y abriendo su boca, formulo una pregunta que solo hizo que Massimo enfureciera —¿Sino lo firmo? ¿Que sucederá? Su divorcio no estaba en juego, el solo deseaba deshacerse de esa mujer que le había arruinado la vida, para ser feliz con Vivían, de una buena vez; lo que el no esperaba es que eso jamas sucedería Tomando su brazo con su mano, el la presiono con mucha fuerza y soltando un chillido de dolor, Aradia solo asintió No tenía sentido insistir con alguien como el, terco, obstinado, y frio; y sin mas, solo tiro de su brazo para tomar el bolígrafo, y estampar su firma en el papel —¡Sé libre Massimo! Este solo sonrió del regocijó de poder casarse al fin con su amada, y sacando del bolsillo de su traje un cheque, se lo extendió a Aradia, la cual aún se hallaba empapada —Esto es tu manutención... Eres mi ex esposa y mereces una vida digna, con esto no tendrás necesidad de nada El cheque tenía tantos ceros, que con esto, Aradia podía vivir el resto de su vida junto a su hijo sin trabajar; lo cual a ella no le importaba al descender de una familia tan poderosa como los King Con desgano, ella sólo observo el papel y tras sonreír, solo se giro, y se marcho a su habitación; dejando a Massimo atónito al pensar que ella lo tomaría Esa misma noche decidida a iniciar de nuevo, Aradia recogió sus cosas y tras salir de la mansion se aventuro a su nueva vida, lejos de su padre, su media hermana y de ese hombre que le causó tanto daño.