Después de pasar por altibajos debían admitir que pasaron una noche inesperadamente alegre y llena de sorpresas. Sin embargo, era hora de retirarse. La noche estaba por convertirse en día y para su mala suerte todos tenían una agenda muy ocupada por la mañana siguiente. Estando de noche y en un lugar desconocido, los hombres presentes se ofrecieron a acompañarlas hasta la entrada. Siendo parte de su grupo era su responsabilidad asegurarse que todas estuvieran a salvo, viendo que ninguna de las cuatro habían regresado a altas horas de la madrugada, Seika, salió hasta la entrada para poder esperarlas. —¿Por qué demoraron demasiado?—Expreso al verlas llegar. Todas se disculparon por no haberse percatado de la hora. A pesar de todo, se sintió relajada por verlas sanas y Salvo. Habiendo acl