Capítulo 20: Camino a la Reconciliación

1082 Palabras
Era un día soleado y perfecto para entrenar caballos. Justino y Melani se encontraban en el campo, disfrutando del viento fresco y la compañía del otro. Estaban practicando juntos, riendo y bromeando mientras perfeccionaban sus habilidades de monta. A lo lejos, Joaquín, el ex de Melani, los observaba con una mezcla de alegría y tristeza. Le encantaba ver a Melani feliz, pero no podía evitar sentirse un poco triste porque no era con él. Justino ayudó a Melani a ajustar la silla de su caballo. "¿Lista para otra carrera?" preguntó, con una sonrisa traviesa en su rostro. Melani le devolvió la sonrisa, sus ojos brillando con entusiasmo. "Siempre estoy lista para ganarte," respondió, provocándolo con una risa. Mientras galopaban juntos por el campo, la risa de Melani llenaba el aire, haciendo que todo a su alrededor pareciera más brillante. Justino se sentía completamente en casa, como si siempre hubiera sido parte de la familia de Melani. Sus hermanos también parecían aceptarlo cada vez más, aunque algunos seguían siendo protectores con su hermana. Desde la distancia, Joaquín los miraba, sintiéndose un poco desplazado. Sus pensamientos eran una mezcla de melancolía y resignación. Quería a Melani, pero sabía que su felicidad era lo más importante, incluso si eso significaba verla con otra persona. Después de un rato, Justino y Melani se detuvieron para descansar. Se sentaron bajo un árbol, compartiendo una botella de agua y algunas historias divertidas de su infancia. "Siempre quise ser una jinete profesional," confesó Melani, mirando hacia el horizonte. "Pero nunca imaginé que encontraría a alguien con quien compartir esta pasión." Justino le tomó la mano, mirándola a los ojos. "Y yo nunca imaginé encontrar a alguien tan increíble como tú," dijo suavemente. Joaquín decidió acercarse en ese momento, tratando de mantener una actitud despreocupada. "¿Puedo pedirles una montura?" preguntó, interrumpiendo su conversación sobre cómo juntar a sus padres para intentar que se reconcilien. Justino asintió, levantándose para ir a buscarla. Mientras esperaba, Joaquín miró a Melani y Justino. "Estaba escuchando, y tengo una idea," dijo, un poco avergonzado. "Podrían invitar a sus padres a un festival de caballos donde ambos vayan a montar. Así parecería una coincidencia." Melani y Justino intercambiaron miradas, sorprendidos por la sugerencia de Joaquín. "Eso... no suena tan mal," dijo Justino, entregándole la montura. "Gracias, Joaquín." Joaquín se encogió de hombros, aliviado de haber dicho lo que pensaba. "De nada. Ahora iré a montar con el hermano mayor de Melani." Y se alejó, corriendo hacia donde lo esperaba su amigo. Melani y Justino se quedaron en silencio por un momento, reflexionando sobre la idea de Joaquín. "No es mala idea," dijo Melani finalmente, "pero no es la más estratégica. Necesitamos trabajarla un poco más." "De acuerdo," asintió Justino. "Podríamos planearla mejor y hacer que parezca más natural. Vamos a contarles a nuestros hermanos y ver qué piensan." Esa noche, se reunieron con sus respectivos hermanos para discutir el plan. Cada uno compartió la idea y las posibles estrategias para llevarla a cabo. Los hermanos, emocionados por la posibilidad de una reconciliación familiar, estaban dispuestos a ayudar en lo que fuera necesario. "Podríamos hacer que ambos padres reciban invitaciones anónimas al festival," sugirió uno de los hermanos de Justino. "Sí, y podríamos asegurarnos de que tengan que montar en competencias cercanas," añadió otro, con entusiasmo. Mientras discutían, Melani no podía evitar sentirse esperanzada. Tal vez, solo tal vez, este plan podría funcionar. "Necesitamos coordinar todo perfectamente," dijo. "No podemos dejar nada al azar." Los días pasaron, y el plan comenzó a tomar forma. Las invitaciones fueron enviadas discretamente, y se aseguraron de que tanto el padre de Justino como el de Melani estuvieran en el mismo evento sin saberlo. Justino y Melani practicaron sus montas para asegurarse de que todo saliera bien. Una tarde, Melani se reunió con sus hermanos en la cocina. Estaban sentados alrededor de la mesa, discutiendo los detalles del plan. "Entonces, ¿cómo haremos que papá acepte ir al festival?" preguntó una de las hermanas de Melani, frunciendo el ceño. "Podríamos decirle que habrá una competencia especial de jinetes veteranos," sugirió otro hermano. "Siempre le ha gustado mostrar sus habilidades." Melani asintió, pensativa. "Eso podría funcionar. También podríamos mencionar que habrá varios amigos suyos allí, así se sentirá más inclinado a ir." Mientras tanto, Justino estaba en el establo con sus propios hermanos, afinando los detalles de su parte del plan. "Papá no sospechará nada si le decimos que queremos que vea nuestra presentación," dijo el hermano mayor de Justino, mientras ajustaba la montura de su caballo. "Sí, y podríamos mencionar que es una gran oportunidad para que nos dé algunos consejos," añadió su hermano menor. "Siempre está dispuesto a ayudarnos a mejorar." Justino asintió, con una sonrisa. "Perfecto. Solo necesitamos asegurarnos de que ambos padres estén allí al mismo tiempo." Esa noche, Melani y Justino se encontraron para comparar notas y asegurarse de que todo estuviera en orden. "Mis hermanos piensan que debemos hacer que papá sienta que es una oportunidad única," dijo Melani, mientras caminaban juntos por el campo. "Los míos creen que la idea de una competencia y la posibilidad de dar consejos lo convencerá," respondió Justino. "Parece que ambos planes se alinean bien." Melani se detuvo y miró a Justino a los ojos. "Espero que esto funcione. Es un gran riesgo, pero podría ser la única manera de que nuestras familias se reconcilien." Justino le tomó la mano y la apretó suavemente. "Lo sé. Pero estamos juntos en esto, y con el apoyo de nuestros hermanos, creo que podemos lograrlo." Melani sonrió, sintiendo una oleada de esperanza. "Vamos a hacerlo. Por nuestras familias y por nuestro futuro." Con un plan claro y la determinación de ver todo a través, se prepararon para el festival, sabiendo que este evento podría ser el primer paso hacia una nueva era de paz y reconciliación para ambas familias. El día del festival llegó, y la tensión era palpable. Melani y Justino se encontraban nerviosos, pero también emocionados. Habían trabajado duro para este momento, y ahora solo quedaba esperar. Llegaron al festival temprano, revisando cada detalle para asegurarse de que todo estuviera en orden. Sus hermanos estaban allí para ayudar, disimulando su nerviosismo con sonrisas y bromas. Finalmente, vieron llegar a sus padres. El padre de Melani se mostró sorprendido al ver a tantos conocidos, mientras que el padre de Justino se veía tranquilo, aunque curioso. Ambos hombres se saludaron cortésmente, sin saber lo que sus hijos habían planeado.
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