Melani, aún en pijama, se dirigió al comedor del hotel donde ya se había reunido el resto del equipo. Justino estaba sentado con una taza de café en la mano, esperando pacientemente. Al verla entrar, le ofreció una sonrisa cálida. "¡Buenos días, Melani!" dijo Justino, levantándose para darle un abrazo. "Buenos días, Justino," respondió Melani, aceptando el abrazo con gratitud. "¿Cómo dormiste?" "Más o menos," dijo él, con una mezcla de preocupación y optimismo. "Estaba pensando en la práctica de hoy. ¿Cómo te sientes?" "Un poco nerviosa, pero bien," admitió Melani, tomando asiento. "Espero que hoy sea más tranquilo." Mientras se acomodaba, el resto del equipo se unió a la mesa. La conversación fluía entre ellos, aunque el tema de conversación inevitablemente volvía a los recientes inc