—Oh, señora, para mí es un honor que me diga eso. No conocía al señor, pero por la forma en que usted me habla de él, es como si realmente lo hubiera visto en persona, como si hubiera formado parte de mi vida. —Querida, no sé cómo lo tomes. Tal vez pienses que estoy loca o que simplemente hablo para distraer mi mente del dolor de tener a mi hijo en peligro, pero… —la mirada de la señora Vera es intensa, parece que está a punto de decir algo que podría cambiar el rumbo de mi vida—. Sabes, Rogelio quería a mi mamá y a mí cuando yo aún estaba en su vientre, como su familia. Sin embargo, mi mamá me contó que él ya tenía una verdadera familia, pero no eran buenas personas. Ellos se alejaron con mucho rencor hacia mi madre. Y por supuesto, el tiempo ha pasado, y es inevitable no pensar que la g