POV Eva Amarok no dejaba de aullar hasta que Julen salió por la puerta de la casa, fue entonces que mis piernas se movieron como si tuvieran conciencia propia, mientras mis ojos no se situaban en la expresión de mi mejor amigo, ¿por qué me miraba con tanta tristeza? ¿Qué es todo este sentimiento de soledad y de pena que me está embargando? Dejo a Arton al lado del auto y corro velozmente hasta estar frente a Julen; él abre los labios más no articula ninguna palabra, solo toma mis manos y me mira con la mirada cristalina. —Habla Julen, si no lo dices no lo voy a creer —le pido al mismo tiempo que Arton me alcanza y apoya sus manos en mis hombros. —Eva, tienes que guardar la calma —me pide y yo de inmediato aparto mis manos de las de él. —¿Cómo me puedes pedir calma en una situación co