POV Eva —Toma, aquí tienes —pasado dos días, julen entra a mi oficina, dónde me hace entrega de los documentos donde yo solicité que me ayudara a encontrar los números de los supuestos inversionistas estafadores. —Muchas gracias, era lo que necesitaba. —Sí, está bien, ¿ya me puedo ir? —me responde muy serio. —¿Pasó algo? ¿por qué traes esa cara? —No lo sé, tal vez puedas explicarme tú. Confundida lo miré, esperando alguna explicación, pero no me la dio, y fue entonces que recordé una de las razones por la que él estaría enojado. —Oh, ya sé a qué te refieres. Julen no fue a propósito, sabes que salió de mi boca sin que yo lo quisiera. —Era un secreto, Eva. Supuestamente nunca lo dirías. —Sí, debo admitir que se me pasó la mano, así que te ofrezco mis más sinceras disculpas. Desde