Narra Elmer. Deslizo mi otra mano debajo de su falda y deslizo mis dedos a lo largo de la banda de encaje de sus bragas y la miro directamente a los ojos. —¿Te jodió el culo, Catalina?—de nuevo, ella no me responde. Tiro de la parte superior de sus bragas, dejando que el elástico vuelva a su lugar en su piel. —¡No, no lo hizo!—arquea la espalda y se retuerce mientras le deslizo las bragas por los muslos, pero no me pide que me detenga. Ha vuelto a morderse el labio inferior y exhalar respiraciones cortas por la nariz—.Nunca he hecho nada de eso. Me levanto del sofá y me coloco sobre ella. —Entonces, ¿qué diablos hiciste?—digo. Mantengo mis manos en las bragas alrededor de sus muslos, beso la punta de su nariz —. Ilumíname, tengo curiosidad por saber qué se hace en la oscuridad cuand