Las conversaciones y risas familiares inundaban la gran sala de cine, debido a la cantidad de personas, el aire estaba un poco asfixiante mezclado con el dulce olor a palomitas de maíz. Bianca miró con adoración la manera en que Leo jugaba en una de las maquinas que tenía el lugar mientras Liam hacía una fila para comprar las entradas. A pesar de ser día de semana, el lugar estaba bastante lleno, ya que por obligación las empresas debían dar el día libre a sus trabajadores y obviamente las familias no perderían la oportunidad de pasar tiempo de calidad aunque fuera breve. La chica se giró un poco para ver al pelinegro en la fila a una distancia no tan lejana y no pudo evitar que su respiración se entrecortara cuando su cruzó con aquel par de ojos redondos y linda sonrisa. El momento no