Odette tuvo que cubrirse la boca con una de sus manos mientras Alejandro se daba gusto con su cuerpo, no sabía que le estaba pasando, ella no era de las mujeres que aceptaba hacer ese tipo de cosas en cualquier lugar y jamás en su vida de casada hubiese permitido que un hombre la acorralara de esa forma como si fuese una callejera cualquier, pero ahí estaba, con su pierna izquierda levantada, los ojos llorosos y jadeando porque el hombre la estaba precipitando al orgasmo mientras que sus hombre vigilaban un cargamento. – No me abraces tan fuerte, quiero poder salir de ti antes de derramar mis hijos porque se me olvido el preservativo. – susurro antes de besarla. – De ti me dejaría embarazar cuantas veces quieras... – lo abrazó con fuerza – Pero estoy fuera de mis días fértiles y en cualq