Salí del edificio acompañada por el imbécil desposa borrachas, mis pies iban lo más rápido que podían en este momento. — Cariño, no tan rápido —me sujetó del brazo haciendo que detenga mi caminata—. — Primero, no me llames cariño, y dos, sólo quiero alejarme de ti —me solté—. Me he metido en un gran problema gracias a ti. — Hey, tranquilízate un poco, Grace. ¿Por qué sentía que ya había pasado por esto? — ¿Cómo puedes si quiera pedirme que me tranquilice? Puedo ir a la cárcel y a parte pagar una deuda de ¡Ni siquiera tengo dinero! — Amor —me tomó de ambos brazos—. Trata de relajarte un poco, vamos a hacerlo bien, ¿de acuerdo? Podemos fingir por dos meses, te prometo que todo va a salir excelente, conseguiré lo que quiero, nos divorciaremos y hasta te pagaré por tus servicios. Sentí