LA BRUJA Y EL LOBO

Era una noche fría, la luna brillaba más que nunca, la masacre se había desatado en la manada luna diamante, todo era caos, los gritos de niños y adultos no cesaban, todos peleando para proteger a sus seres queridos, un ataque sorpresa que ninguno se imaginaba ocurría en ese preciso momento. Una pelea sangrienta, heridos y muertos se encontraban tirados por todos lados, escena que sería difícil de olvidar por todos los del lugar. Maximiliano el hijo del alfa, peleaba junto a los guerreros contra los agresores, nada fáciles de vencer, pues se habían unido los vampiros y las brujas, en un ataque que los había tomado desprevenidos y lo peor de todo que, ellos no conocían el motivo de tal agresión, al menos no todos, pero había uno el alfa Darío conocía las razones del ¿por qué? los vampiros atacaban su manada. Mientras el alfa Darío corría en su forma lobuna a las afueras del bosque, era perseguido por vampiros y brujos que buscaban algo que él poseía y era codiciado por el más sádico de todos los vampiros ''Baltazar el Rey de los vampiros''. -Detente alfa Darío, sabes lo que vine a buscar _Grito Baltazar. _Jamás lo tendrás, al menos no de mi parte_ le contesto el alfa Darío. Una bruja llego por detrás recitando un cantico... El alfa Darío se retorcía de dolor. _Todo está perdido ¿Acaso no te has dado cuenta? solo entrégame lo que la ninfa te dio y dejare en paz a tu manada_ volvió a repetir Baltazar. _Me fue dado por una razón y no pienso entregarlo, aunque tenga que morir para protegerlo. Así continuo la pelea en la cual el alfa Darío se encontraba en clara desventaja, peleando contra varios vampiros a la vez, después de estar luchando se encontraba tan cansado y herido que no podía ponerse en pie, por lo que el vampiro Baltazar lo tomo fácilmente por el cuello, lo levanto, exigiendo que le entregara el tesoro que en el pasado la ninfa le arrebato y él había estado buscando por un largo tiempo. Aún no habían logrado obtener información del paradero de dicho tesoro, cuando se percató que los lobos estaban cerca, por lo que el vampiro ordeno abandonar el lugar. Pero antes de emprender la huida ordenó a una de sus brujas matar al alfa cuando llegara Maximiliano, quería que el futuro alfa presenciara la muerte de su padre. A lo lejos Maximiliano logro ver el cuerpo mal herido de su padre, lo tomo en sus brazos para llevarlo a un lugar seguro, pero no se percató de la presencia de la bruja que a lo lejos se encontraba, lanzo un hechizo dejando al alfa Darío al borde de la muerte. Antes de desaparecer la bruja, les dejo un mensaje de parte de Baltazar... Esto aún no termina, volveré por lo que es mío, no descansare hasta recuperarlo, así tenga que exterminar a toda aquel que se interpongan en mi camino. Con su último aliento el alfa le susurro a su hijo sus últimas palabras: _Debes encontrar el valle oculto de brujos, entregarles mi diario. _Padre, por favor aguanta, no te des por vencido. _Escucha... no dejes que mi diario caiga en manos equivocadas, de eso depende la supervivencia de muchas especies. _¡Papá! _Tienes que jurarme que harás lo que te pido, Baltazar no descansara hasta obtener lo que busca. _No entiendo padre ¿Qué es lo que busca? _Max no hay tiempo promételo. _Está bien, lo prometo. _En mi diario encontraras respuestas, no olvides que te amo. Un aullido de dolor resonó en todo el bosque, Maximiliano había perdido a su padre, el dolor era de toda la mamada, su alfa perdió la vida en esa terrible batalla, él fue un gobernante muy magnánimo, por lo que todos lo apreciaban y respetaban. Esa noche fue la más dolorosa que vivió la manada, los aullidos resonaban por todo el lugar, el ambiente lúgubre se podía sentir en el aire, muchos perdieron la vida en esa batalla, y los que sobrevivieron lloraban la pérdida de su ser amado, toda la manada estaba reunida en la plaza del pueblo para darles el último adiós.