Hace unos meses
Fue un golpe de suerte hablar con Sofía el día de la fiesta de fin de año del bufete, la reconocí enseguida, la hija del difunto fundador y ahora dueña de la mayor parte. Fue fácil hablar con ella, soy experto en conquistar mujeres.
Nos hicimos amigos, aproveché para descubrir cosas sobre ella, mi plan era sencillo: enamorarla, casarnos y aprovechar su pequeña fortuna.
Lo único que me preocupaba era ese tal Alejandro Romero que siempre estaba con ella, aunque nunca pude confirmar una relación entre ellos, él siempre estaba ahí y vaya que lo odio. Tan confiado, admirado por todos, pudiendo convencer a todos y siempre presente, porque el bufete representa varios de sus negocios.
Día de la cena con mis amigos
Después de dejar a Sofía en su apartamento llamé a Ximena y
