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Enamorada de mi mejor amigo

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Descripción

El miedo es aquel sentimiento que hace que no puedas ser o decir lo que sientes, el miedo te cohíbe y te encierra en una caja que hace que poco a poco vayas sintiendo que el aire te falta, fue así como me sentí durante años al darme cuenta que me había enamorado de la persona que jamás pensé que me iba a enamorar, mi mejor amigo; es aquel hombre que siempre estuvo para mí, es aquel que siempre me miro a los ojos y me decía te quiero o te amo.

El mismo hombre que me conoce tanto como yo a él, sólo espero no salir lastimada después de esto.

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El comienzo de todo.
Soy el tipo de persona que ama una novela romántica, sin importar que sea cliché o no. Simplemente me gusta pensar en que sería lindo tener una relación con la persona que quieres y que este mismo corresponda a tus sentimientos. Aunque una vez haya tenido algo con ese alguien, no era el hombre de quién estaba o estoy locamente enamorada, ese mismo hombre que por mucho tiempo no dejé de soñar, el mismo que hace que mi corazón se detenga y se acelere con tan solo una mirada. Puede que esté exagerando, pero es como me siento cada vez que miro a los ojos a Derek Von Uckermann, perteneciente a un largo linaje de nobleza alemana y que a él nunca le había importado, pues su padre se había mudado a Estados Unidos después de que su padre le dejará los negocios de aquí. Aun recuerdo cuando la madre de Derek nos contaba cómo había conocido a Dimitri; todo había sido un pequeño accidente, pues Dimitri se encontraba conociendo los alrededores de la que sería la nueva compañía en la que iba a invertir y por culpa de un tropiezo, término en los brazos del que sería el hombre de su vida.  Ella lo contaba siempre como si fuese una historia de amor y eso era lo que más me encantaba, desde niña siempre imaginé que cuando conociera al amor de mi vida sería exactamente como ella y que haría todo lo posible para que nuestro amor nunca se terminase. Lamentablemente, los padres de Derek y de su hermana murieron poco después de que cumplimos los 13 años, él estaba devastado y por más que su abuelo paterno pidiera que se fuera a Alemania a continuar sus estudios, Derek se negó, creía que sería un golpe duro para su hermanita que apenas tenías tenía 5 años. La vida no había sido nada fácil para ambos hermanos, pues siempre se vieron envueltos en disputas para la custodia que su abuelo se negaba a perderla, por un tiempo Derek se fue a Estados Unidos y la familia materna de ellos se quedaron con la pequeña Danielle. Fueron momentos en los que estuvimos distantes y en los que me di cuenta que le quería tanto y quería que estuviera a mi lado.  Cuando cumplimos los 20 años, regresó y ya no era aquel niño que un día se marchó. Ahora era todo un hombre, su cuerpo había crecido por el ejercicio, su cabello castaño siempre perfectamente peinado y los jeans fueron reemplazados por los trajes. A esa edad se comprometió con los negocios que su padre había dejado y en una de esas conoció a Phoebe Walker; la que decía que era la mujer de su vida. Fue ahí que me di cuenta de que jamás iba a tener oportunidad con él, pues aquella era un rubia alta, esbelta con pocos pechos; adecuados para el tamaño de su cuerpo.  Phoebe era una mujer sacada de una revista, mientras yo era una castaña con algo de sobrepeso. Muchas veces me sentí incómoda junto a ella, muchas veces me sentí intimidada por las ciento de chicas que estaban a mi alrededor y muchas veces me sentí mal cuando algún chico se acercaba a mi para preguntarme sobre alguna amiga y nunca por mi.  Fue tanta la decepción y mis problemas de salud que decidí que era tiempo de tomar las riendas de mi vida y poner todo en su lugar. Fue entonces que conocí a Massimo Lombardi; un italiano que siempre estuvo ahí apoyándome en cada paso que daba, estuvimos saliendo por dos años aproximadamente, pero las cosas terminaron y cada quién se había marchado por su lado.  Derek estuvo ahí cuando rompieron mi corazón y yo estuve ahí cuando Phoebe le rompió el corazón, ambos habíamos tomado la decisión de no salir con nadie, hasta que no fuese la persona correcta. El problema había llegado después de eso, pues sin querer el amor que sentía por Derek fue creciendo más y más.  Al principio creí que sería solo un capricho, pero luego de tanto negarme a tantas personas que me invitaban a salir esperando a que él lo hiciera una vez en su vida. Cosa que no fue así, nuestras salidas se fueron limitando a salidas de amigos junto a nuestros hermanos pequeños. —Tierra llamando a Charlotte—dice mi buena amiga Kelly Maxwell, ella quién sabe todo lo que siento por Derek y quién estuvo desde el inicio de lo que hoy sería mi propia compañía. —Lo siento, ¿Qué me decías? —¿Estás segura en decirle a Derek lo que sientes? Suspiro—no, pero debo hacerlo. Quiero arrancarme esto que hace que mi garganta se cierre y evite que pueda hablar cada vez que lo miro. —Sabes, que es probable que lo pierdas. —Lo sé, es un riesgo que debo tomar. Tal vez no sea lo correcto, tal vez solo sea confusión, quizás solo fue capricho, uno que por muchos años ha estado acompañándome, torturándome día y noche. Pero, luego me detengo y pienso en cómo no enamorarse de su perfecta sonrisa, de sus ojos azules, de sus delgados labios, de su forma de ser, todo en él es perfecto aunque la perfección no exista, para mi Derek es perfectamente imperfecto. —Debo irme.  —Suerte cariño—me dice. Le miro sin saber que decir, pues mis manos estaban sudando y mis manos tiemblan de los nervios, ni siquiera cuando realice mi examen para poder ejercer mi profesión estuve tan nerviosa como ahora. Con cada paso que daba un nudo se formaba en mi estomago y otro en mi garganta, me detengo al llegar a las puertas del elevador, presiono el botón de subida pues estaba en uno de los pisos de abajo. Tomó aire e intenté relajarme, mordiendo mi labio inferior, ya era una manía que había adquirido desde niña y que siempre hago cuando estoy nerviosa. Respiro profundo, en verdad estaba dispuesta a perder una amistad de años, por un sentimiento que tal vez solo yo sienta—me pregunte mentalmente—en verdad seré la culpable de que nos alejemos y esta vez sería para siempre—las puertas del elevador se abren e ingresó, otras dos personas suben y marcó el piso de la entrada, mientras las otras dos personas presionan el piso donde estaba la cafetería.  Cierro los ojos, pensando de nuevo en lo que estaba apunto de hacer, mi corazón se acelera de nuevo, las náuseas se hacen presente. Quiero tanto a Derek que no sería capaz de vivir una vida alejada de él—me digo, mentalmente. Las dos personas se bajan y las puertas se vuelven a cerrar, el desespero comienza, la duda me dice "hola". Miro al tablero donde marcan los números, hasta que las puertas se abren y salgo, aunque solo fuera un pequeño edificio de tres pisos, sentí el viaje más largo que nunca y no podía usar las escaleras pues mis piernas estaban débiles; como si no pudieran sostener mi propio peso.  —Aquí vamos—murmuró, dandome un poco de aliento para poder caminar. Al salir del edificio, mire al frente y le vi, lleva un traje gris, corbata azul, zapatos negros y su cabello perfectamente peinado. Le sigo observando pensando en que debo hacerlo, sin importar perderle. —Dios ayúdame—susurró. Espero que el semáforo cambie de color, pero mientras tanto miro a Derek, pues el traje hacía que sus músculos se notaran. El nudo en mi garganta se vuelve cada vez más grande haciendo que tragué saliva con dificultad, mi garganta se seca y mis manos sudan.  Derek hace señas para que mire al semáforo, pero una persona tropieza conmigo haciendo que vuelva al mundo real. Miro el semáforo y cruzó la calle hasta llegar a donde Derek estaba. —Hermosa—me mira sonriendo, esa sonrisa que hace que hasta un témpano de hielo se derrita.  —Derek—Le digo. Se acerca a mí y deja un beso en mi mejilla—me alegra que hayas aceptado venir, sé que tenías mucho trabajo—toma mi mano, haciendo que millones de "mariposas" revoloteen en mi estomago. —Me tomé el atrevimiento de pedir por ti—Ingresamos al restaurante. —Confió en ti—le digo, muy sonrojada. Me mira divertido—soy el mejor, lo sé—me lleva hasta donde está nuestra, mueve la silla para que pueda sentarme. —Gracias.—Le sonrió. —¿Te dije que te ves hermosa hoy?  Sonrió aún más—no, pero gracias Derek.—Se sienta frente a mí—¿Esperamos a alguien?—Al ver que era una mesa para cuatro. —Oh, sí.  —¿De que se trata?—Mi corazón se acelera cada vez más fuerte—¿Por qué insististe tanto para que viniera? —Es que quiero que conozcas a alguien—me mira sonriendo, al mismo tiempo que se retira sus lentes de Sol color marrón. —¿De-de qué hablas? —De una maravillosa persona, debe estar por llegar. ¿Qué tal tu día? Y no me digas que ocupado, porque me lo dijiste por llamada. —Sabes la respuesta Derek—le miró con una ceja elevada—¿Quién es la persona?  —Buenas tardes—mi mundo se detuvo al escuchar una voz femenina. —Elyse—dice Derek, levantándose de la silla y saludando a la castaña, delgada con vestido de flores corto.  Derek besa la mejilla de la mujer que tiene lentes de Sol—¡Oh, por Dios!—Dice al verme—soy Elyse, soy una fiel admiradora tuya—dice muy emocionada, extendiendo su mano hacía mi. —Hola—le digo aceptando su mano como saludo—mucho gusto Elyse. Muerdo mi labio inferior y Derek habla—Viste que si conozco a Lottie. Suelto la mano de la mujer a la que Derek mira muy feliz, dándome a entender que había conocido a la mujer de su vida. —Por favor hermosa, siéntate. Los tres nos sentamos en la mesa, yo con mis manos sudando y con la leve ilusión de que solo fuera una amiga; es lo que más deseo ahora. —Cuando Derek me dijo que te conocía no le quise creer—dice feliz—hasta ahora, en serio Derek lo siento—le mira, emocionada. Sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillaban —Te lo dije—dice sonriendo. —Espero que Derek te haya dicho—su emoción fue en aumento—sé que te conozco hace poco, pero en verdad tus diseños son maravillosos. —Gracias—le digo, para luego mirar a Derek—¿decirme que? Por favor que no sea lo que estoy pensando, por favor que no sea lo que estoy pensando—ruego una y otra vez en mi mente. —Elyse quiere...—pero no pudo terminar de hablar, ya que Elyse le interrumpe. —¡Quiero que seas la diseñadora de mi vestido de novia!—Mi mundo se cayó a pedazos al escuchar esas palabras. —¿Cómo?—Pregunto muy confundida, como si no pudiera procesar lo que ella me decía y mucho menos podía entender si Derek estaba enamorado de ella, hasta el punto de casarse. Miró su mano con un enorme diamante y de nuevo fijó mi mirada en Derek—¿Estás bien? —S-sí—susurro, sintiendo como mi respiración comienza a fallarme, sintiéndome la mujer más tanto del mundo, por pretender que Derek se fijaría en su tonta mejor amiga—Es que, me tomaron un poco por sorpresa—le digo, disimulando mi sorpresa—Pero, ¡Felicidades! No todos los días te piden matrimonio—sonrió. Derek me mira confundido, como si estuviera tratando de descifrar mi más profundo secreto. Aún no podía comprender, porque jamás me dijo que estaba saliendo con alguien y por que nunca me dijo que le había pedido matrimonio y mucho menos que yo sería la que confeccione su vestido.  —¿En verdad estás bien Lottie?  —¡Si!—digo sonriendo, intentando no reír—es solo que mientras ustedes me decían sobre el vestido, recordé que en quince minutos llega una de las novias a mirar su vestido y olvide por completo eso—mentí, y vaya que lo hice muy bien. —Oh—dice triste Elyse, haciendo que me sienta mal. —Lo siento tanto Elyse. —¿Pero, podrás ayudarme con mi vestido?—Me pregunta, con sus ojos brillando de ilusión. —Claro que sí, cuando quieras puedes pasar por mi oficina para que mi secretaria te tome las medidas y nos digas cómo quieres tu vestido, también para que le digas para cuando necesitas el vestido. —Gracias Charlie, en verdad muchas gracias—me dice, con sus ojos llenos de lágrimas—me acabas de hacer la novia más feliz del mundo. —No te preocupes, después de todo nos veremos seguido, ¿no?  —¡Eso espero! —Bueno, debo irme. Espero que tengan un feliz día. —¡Gracias!—Me responde ella feliz. Me despido de ellos y salgo del restaurante, miro el semáforo que estaba en rojo—vamos—susurro. Escuché la voz de Derek llamarme, pero le ignoró. Mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas y no me voy a dar el lujo de que las personas me vean llorar, cuando cruzo la calle lo hago tan rápido que un auto casi me lleva, me disculpo y continuo mi camino al interior del edificio del que había salido, subo las escaleras hasta el tercer piso y paso a mi oficina cerrando la puerta muy fuerte.  No se si quiero llorar por la rabia de que se vaya a casar o porque no me dijo que estaba saliendo con alguien, al menos me pude hacer la idea de que había perdido a mi mejor amigo para siempre y no enterarme hoy, de esta manera.  —¿Charlie?—Miró a Kelly, al borde de las lágrimas—¿Qué-qué pasó?  —Se va a casar. Ella me mira sorprendida—Charlie, yo lo siento. —Se va a casar y no me lo dijo—las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Kelly se acerca a mí y me abraza—todo estará bien—me dice acariciando mi cabello. —Lo peor es que quiere que haga el vestido de novia, ¿puedes creerlo? ¡Lo odio! Se supone que debía ser un día feliz para mi o bueno quizás triste. —¿Tú sabías algo de ella?—Me pregunta. Le miró—Obviamente no, él nunca me lo dijo. Ni siquiera sabía que estaba saliendo con alguien, se pone que es mi mejor amigo—Kelly seca mis mejillas. —¿Estás segura? Y si solo es una amiga.  —No lo creo, debiste ver la forma en la que la miraba. Sus ojos brillaron y su sonrisa se hizo más grande cuando estaba ella frente a él. Él la ama, soy tan tonta por creer que el algún día iba a amarme como yo le amo.—Dije sentándome en el sofá de cuero blanco que estaba en mi oficina. —¿Él te dijo algo? —¡La forma en que la miraba! Lo decía todo. —Vamos Charlie, eso no significa nada. Puede que solo se trate de un mal entendido y tú estás aquí... —No trates de justificar lo que pasó, porque no estabas ahí. —Sí, es cierto. Suspiro—Lo siento Kels, no quise hablarte así. —No, tienes razón. Pero no puedes solo reaccionar de esa forma, tienes que hablar con él y preguntarle por qué no te había comentado de que estaba saliendo con alguien, es mejor salir de la duda con la misma persona que estar llorando por algo que quizás no sea nada. Además, en las revistas de chismes no dicen nada de que Derek esté saliendo con alguien... —Porque siempre ha mantenido su vida personal fuera del ojo público. Kels, Derek se va a casar y no hay nada que pueda hacer. Kelly iba a hablar hasta que mi teléfono comenzó a sonar—¿No vas a contestar? —Debe ser Derek, le dije que estaba con una mujer que vendría a ver su vestido de novia hoy. —¡Dios! Charlie—me dice, pero luego toma aire y se acerca a mi teléfono, contestando—¿Hola?—Me mira—Sí señor Von Uckermann—asiente con su cabeza, como si Derek pudiera verle—perfecto, yo le informo, hasta luego—cuelga y me mira. —¿Qué-qué te dijo? —Está esperando a que Elyse se suba a un taxi... —¡Viste! Tienen algo—dije al borde de las lágrimas. —Él va a venir y es mejor que le escuches. —No, solo quiero quedarme aquí y no hacer nada. —¡Por Dios Charlie! Podrás salir de dudas y ya. —¿Y qué hago después? Me quedo viendo como el hombre que me gusta se casa con la mujer de sus sueños, no lo creo. —¿Y qué vas hacer? Huir como una cobarde o vas a pelear. Le miro confundida—¿Pelear?  —Sí—me responde muy seria—si en verdad Derek se casará con esa chica, tu no te vas a quedar con los brazos cruzados.  —¿Y qué hago?  —Habla con Derek, supongo que ya vienen en camino y dependiendo de lo que te diga, ideas un plan. —¿Me estás diciendo que me robe al novio?  —Solo digo que le confieses lo que sientes por él y si él en verdad siente algo más que una simple amistad, te podrá corresponder. —Pero se va a casar, si él sintiera algo por mí no estaría a punto de casarse con esa mujer. Rueda los ojos—en verdad que cuando te encierras a una idea no hay nadie que pueda sacarte eso.—Toma aire—no saque conclusiones, no hasta saber qué está pasando. Kels tenía razón, no podía sacar conclusiones sin que Derek me confirmara su boda con Elyse.—No, no quiero hablar con él, no quiero escuchar de su boca que está por casarse con esa mujer, prefiero mil veces quedarme con la duda hasta el día de la boda, que morir lentamente sabiendo la respuesta.

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