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Meta se sorprendió, hasta que se dio cuenta de que su hermano estaba deseoso de hablar con ella a solas. No podían hacerlo en el comedor, donde los Sirvientes entraban y salían continuamente. Bell les llevó el café y lo colocó en una mesita. También sirvió brandy para Richard. Cuando, al fin, se cerró la puerta, Meta dijo: —Ahora cuéntame de qué se trata todo esto, porque me muero de curiosidad. —Supuse que así sería, más es una larga historia y no quería que me interrumpieran a la mitad. —Te escucho. Richard tomó un sorbo de brandy antes de decir: —No sé si, desde que papá ya no está con nosotros, te has mantenido informada de los sucesos de Europa. —Intento hacerlo— manifestó Meta—. Pero, como sabes, papá sabía cosas que no aparecían en los periódicos y hacía que todo lo que no