Esa melodía se me hace muy familiar, ¿De donde viene?, se torna cada vez mas cercana y molesta.
Abro mis ojos lentamente adaptándome a la escasa luz que se filtra por la ventana con la persiana a medio subir y llevo la atención al reloj en mi muñeca el cual marca las 7:30, mi clase comienza hasta las 9:00am pero si duermo un momento mas me costara mucho levantarme y probablemente llegue tarde.
Me siento en al borde de la cama apagando la ruidosa alarma tomándome el momento de apreciar la habitación una vez mas, aun se me hace extraño despertar aquí.
Arrastro los pies al baño, luego de una ducha me visto con un jean n***o, una remera básica manga corta a juego y un poco de mascara para pestañeas, opto por dejar mi cabello ondulado suelto.
Luego de un breve desayuno compuesto por fruta (Una manzana), y un sumo de naranja, bajo las escaleras y salgo del bloque de apartamentos me dispongo a caminar por el campus es algo temprano aun y caigo en cuenta de que no había participado de los recorridos y orientaciones al menos no de manera completa en las dos ocasiones me fui a la mitad.
Sera mi casa durante este año y los cuatro restantes, ya que voy con tiempo extra podría dar un breve recorrido.
Después de una larga caminata llego con siete minutos de ventaja a mi primera clase *Derecho General”, no despierta mi interés pero debo aprobarla para pasar el año pre-universitario para poder cursar lo que sea que valla a estudiar en el nivel universitario.
Tomo un lugar, para matar el tiempo comienzo a revisar mi teléfono, me encuentro totalmente sumida en esta tarea cuando alguien posa su mano en mi hombro. Elevo la vista casi de inmediato y observo al dueño de esta.
—¡Hola! —frente a mi se encuentra un chico alto, de contextura mediana, llevo mi atención al corte de su particular corte de cabello estilo degrade con un fleco mas largo en la parte alta de su cabeza el cual es azul, pero no cualquier azul, un azul eléctrico —¿Puedo sentarme aquí? —Pregunta señalando al lugar junto a mi el cual tiene mi mochila.
—¡Hola!, si claro —retiro mis cosas y en el proceso ojeo el aula, la cual esta llena. Una vez acomodados vuelvo a lo mío en silencio.
No pasa mucho hasta que el desconocido vuelve a hablar.
—Lamento molestarte, pero por casualidad ¿Tienes “El libro la republica de Platón“? —lo pienso un momento y luego asiento con la cabeza —Estas en la clase “Filosofía del derecho“ —no lo pregunto lo afirmo —creí verte en esa clase el lunes también estoy en la comisión 314, ¿puedes compartirlo con migo cuando nos toque al final del día? Es que lo olvide.
—Claro si, no hay problema —sonrío.
—Por cierto, Mi nombre es Albert Browhing, pero dime AL —me extendió la mano, dude pero acabe por estreche su mano. Después de todo, ¿Qué podía perder?
—Un gusto Albert, soy Victoria Baker, dime Victoria —me dedico una mirada divertida. —no me gustan los diminutivos Albert
—Esta bien para mi —se notaba liviano y agradable a simple vista.
«Si alguien me hubiera advertido sobre los acontecimientos que se desarrollarían luego de esa presentación, no lo creería».
Una pregunta muy sencilla surgió durante la mañana, una muy simple pero tan difícil de responder con total honestidad.
—Ya sabes que estudiar, o aún no te convence?
—Bueno la verdad, no sé qué quiero, creo que veré lo que sucede durante la marcha.
No mentía, existían dos motivos para estar ahí en un principio mi yo interno quería estudiar una carrera y la otra parte… bueno solo quería escapar, pero eso no era algo que debiera decirle, al menos por el momento.
Después de todo no lo conocía y es no es la clase de cosas con las cuales iniciarías una conversación, no es como que llegas y dices “Hola, soy Pat navajas he venido a olvidar a mi novio infiel del cual creía ser pareja, pero en realidad era la otra mujer”, y lo de navajas tampoco debe saberlo.
—¿Tú? — retomé la conversación
—Literatura o derecho —se le iluminó el rostro con lo se
Gundo —pero aún no me decido, entonces estamos iguales —asentí a lo que él frunció levemente el ceño, sin dejar de sonreír pregunto —No hablas mucho, ¿verdad? —negué con un movimiento de cabeza y torcí los labios en una mueca parecida a una sonrisa.
—Bueno, si escuchar es tu mejor cualidad, hoy estas de suerte —fruncí el ceño.
—¿Por qué? —estaba intrigada
***
Era la hora del receso, me encontraba en la cafetería, cargue mi bandeja y me dispuse a buscar una mesa alejada como los últimos días, cuando oí que alguien me llamaba, pero por mi nombre. Seguí el rastro de aquella voz recientemente familiar la cual se dirigía a mí por mi apellido, lo busque con la mirada hasta localizar su ubicación.
—¡Baker! —Albert, parado en su asiento gritaba mi apellido a todo pulmón.
Algunas miradas curiosas se dirigían a mí y otras reían de él. Más roja que un tomate me acerque a la mesa —Valla, me quede sin cuerdas vocales.
—Bueno ahora me conocerá hasta la cocinera —me dedico una mirada muy confusa —después de como gritaste creo que la mitad del campus sabe mi apellido ahora.
—¡De nada! —exclamo orgullosos de su asaña —bueno, déjame presentarte, ellos son Call, James y Hann —me presento a su pintoresco grupo. James parecía tímido, Call bastante coqueto y Hann muy natural y relajada —chicos ella es Baker —luego tomo mi bandeja y la coloco en la mesa asiendo ademan de que me sentara con ellos y para mi sorpresa, si me quede.
—¿Baker? — Call sonaba muy confundido —ese no es tu nombre, ¿O si? —negué
—De hecho es mi apellido, mi nombre es Victoria.
—Exacto, pero a Baker no le gustan los diminutivos, y a mi parecer tampoco los sobrenombres Call —explico Albert —Además, ¿Sabes cuantas victorias hay en toda la UIA
—En fin, ¿Qué estudiarás Baker? —quiso saber Hann, mientras le daba una gran mordida a su hamburguesa.
Terminamos conversando a gusto todo el receso no me encontraba muy animada, pero, la compañía se me hizo muy agradable, todos ellos lo eran a primera vista, pero no me dejaría llevar por la primera impresión.
Tal vez esta experiencia podría terminar siendo diferente.
La semana cabo de manera rápida, pase el fin de semana con la tribu como ellos mismos se autodenominaron, no hicimos nada especial, pic-nic, paseos, charlas, cosa así. Simples pero disfruta bles.
Llegue a conocerlos un poco más, como por ejemplo a Marco Callahan o “Call”, como solían llamarlo.
El coqueto castaño de ojos verdes y tés clara tiene 19 años y quiere dedicarse al profesorado en derecho a diferencia de Al él quiere ser abogado. Luego esta Hanna la bella y natural rubia ella aún no sabe que hacer, pero es muy inteligente, el único que aún me representa un misterio es James Miller, participa de las conversaciones y todo, pero se mantiene al límite de lo necesario.
Como la semana anterior, el fin de semana también se acabó e inevitablemente llego el lunes.
Desperté con la molesta alarma, eran las 7:30, olvide que mi clase comenzaba a las 8. Me levanté de la cama corriendo, me vestí volando en lo que agradecía haberme bañado la noche anterior. Tome una manzana, Salí del apartamento y me dirigí al campus.
Llegue con casi cinco minutos de ventaja, pero estaba casi lleno, literatura era mi clase. Tome uno de los pocos asientos vacíos. Me encontraba atenta mirando al frente intentando calmarme luego del maratónico recorrido hecho para llegar a tiempo cuando alguien toco mi hombro casi asiéndome saltar del susto.
—¡oh, por dios!, lo siento —Me encontré a un nervioso James
—Está bien James, no te preocupes solo me tomaste por sorpresa — traté de tranquilizarlo me daba mucha ternura su carita de culpa. Se acomodó las gafas de marco azul tranquilizándose.
—Yo solo… solo quería saber si podría tomar el asiento de junto —asentí sonriendo
—¡Hola, buenos días! —saludo enérgicamente el señor Stephenson quien impartía la clase. La verdad es muy joven creo que no llegaría a los 30 años, su semblante es muy serio, pero su personalidad se ajusta a su edad y a la nuestra.
—Hola, chicos —susurro Albert tomando asiento junto a James ganándose la atención del profesor, ya que lucia cansado y tenía una marca en el rostro.
—Espero tenga una buena explicación señor Browing .
—Lo siento, mi alarma no sonó, me quede dormido, corrí todo el camino hasta aquí y creo que aún no he despertado.
—Bueno, eso podría explicar su almohada pegada al rostro y la ropa de cama —Al se observó así mismo traía un pantalón deportivo y una playera de Mario bros «se encogió de hombros —Bienvenido a la vida universitaria.