CAPÍTULO DIECISIETE

1636 Palabras

CAPÍTULO DIECISIETE Mackenzie dejó que el alguacil Tate le acompañara por el camino hasta la dirección de Lawrence King. King era el chico de veintitantos que había comentado era una especie de pirómano residente en el pueblo. De camino a la casa móvil de King, Tate hizo lo que pudo para describir al sospechoso sin ser demasiado despectivo. “No es que tenga una minusvalía mental o algo así,” explicó Tate. “Es solo que es… lento. No sé de qué otro modo explicarlo. Te pones a hablar con él y no está del todo presente.” Mackenzie asintió porque ya había visto a ese tipo de persona antes. Normalmente, la gente que vivía con una tendencia a la destrucción solo de pequeñas cosas (en vez de los tipos de destrucción masiva que le venían a uno a la mente cuando se pensaba en terroristas), tenían

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