POV Lucía Llegando a casa, saco la llave de mi bolso e ingreso, mientras recuerdo la discusión con Knox. Nico era un hombre tan lindo y amable; nunca había desconfiado de él bajo ninguna circunstancia. Tal vez hubo un momento de nuestra amistad en donde ocurrieron algunas confusiones, sobre todo cuando me confesó su amor, pero desde eso ya habían pasado 6 años, y creo que las cosas habían quedado bastante claras. Por lo que no entendía ahora la razón de que Knox me hablara de ese modo. —Señora Lucía —Ruth me recibe con su acostumbrada calidez. —Oh, hola Ruth, dime ¿Dianita ya duerme? —Sí, señora, ¿quiere que le sirva la comida? —Sí, por favor — acepto la recomendación de Ruth, pero antes de ocupar mi lugar en la mesa me voy a lavar las manos, dejando mis cosas sobre mi mesa de noche,