MARION
Nunca creí que Bruno me fuera a descubrir tan pronto. No podía evitar sentir una vergüenza extrema por la deuda que tenía con Gilberto. Nunca me imaginé que mi ex iría a la casa de mi amigo a propinarle un golpe. Eso sí que me había dolido porque mi amigo solo se prestó a mi juego para que no fuera más molestada por él.
De pronto comprendí que le había dicho a Bruno que pasaría la noche con mi supuesto novio. La llamada de Vernon y su coche secuestrado por mí, lo hicieron buscarme y fue algo que yo no tomé en cuenta. Fue una idiotez de mi parte.
Me di la media vuelta con los brazos en jarras, tenía que verlo a la cara. Me topé con una sonrisa malvada y unos ojos fulminantes y seductores al mismo tiempo. Sonreí sarcásticamente.
— Tal parece que alguien se dio a la tarea de compro
