"Miedo, cuando no puedes proteger a lo que has jurado defender".
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Había acudido a su llamado tan pronto como colgó el celular.
Raffaela en compañía de Laura estaban impacientes y aterradas. Algo había ocurrido, algo muy malo para que Marina las llamara casi sollozando entre el llanto y la desesperación.
Bajaron del auto saliendo casi disparadas. Utilizaron el asensor y aunque este no tardaba mucho en subir, para las mellizas era una eternidad. Si no veían a su amiga terminarían ambas muertas de nervios.
Al fin llegado al piso de la joven, tocaron con desesperación su puerta.
- ¡Marina, amiga abrenos!
Pero no había ninguna respuesta desde el interior.
- Apartate Laura.
- ¿Qué vas hacer? Preguntó la melliza mayor.
- Situaciones extr
