No sabía cómo lidiar lo sucedido estos últimas horas. Solo pensaba que mi trabajo se podía ver afectado por mi maldita calentura. ¿Por qué tuve que hacerlo? Adams Reyes era un hombre muy atractivo y mentiría si dijera que no me sentí extremadamente atraída por él, pero cruce la raya que no debía. Luego de su cercanía en mi habitación del hotel supe que tenerlo cerca sería mi perdición, por esto toma la decisión de viajar de regreso en un vuelo comercial y no con él en su avión privado. No soportaría tanta tensión y yo debía guardar compostura y no dejarme llevar por emociones de momento. Al llegar tengo un poco de tiempo para descansar una tres horas, al levantarme me doy una ducha, me alisto y preparo un café cargado para ir a la oficina con todas las fuerzas. Al llegar tomó a