Desde que Nando me dijo al llegar que Anthony estuvo aquí nada me olía bien.
Ahora sabía a que se debía su visita y lo que había ocasionado en estos momentos. Mi padre se encontraba rojo de coraje mientras que mi madre solo nos miraba con los ojos llenos de lágrimas.
Mi padre estaba tan molesto que me había golpeado y a Damian igual solo que este permanecía sereno aún cuando mi padre no disimulaba las ganas de matarlo que tenía.
—¡Es suficiente! —Espeto duramadre —Damian y yo no hemos cometido ningún crimen ni hemos hecho nada indebido.
—¿Te parece poco haberte metido con él amigo de tu padre?—Espeta mi madre —. No te hemos enseñado eso Lucia.
—Mi relación con Damian empezó antes de pisar su hacienda, incluso antes de saber que era amigo de mi padre.
—¿Qué?—Espeta mi padre —. Y aún así no dijeron nada y prefirieron callarlo.
—Lucia y yo no pensábamos llevar esto tan lejos, pero las cosas se dieron Carlos y hoy frente a ti y su madre te digo de frente que estoy enamorado de tu hija y pienso hacerla mi mujer.
—¡Maldito infeliz! —Mi padre lo golpea nuevamente haciendo que Fara suelte un jadeo —. ¡Sobre mi cadáver! Lucia no volverá a esa hacienda más.
—¡Claro que lo haré! —Intervengo —. Pienso regresar con Damian y con Fara y te recuerdo que no me lo puedes prohibir papá, ya soy una mujer adulta.
—Bien Lucia, si te vas con él de regreso olvídate de tus tarjetas de crédito, carros, lujos y herencia.
—Si de algo me ha servido estar en esa hacienda todo este tiempo, es darme cuenta que los lujos y el dinero no lo son todo papá.
—Lucia es mejor que lo pienses bien —Mi madre interviene —. Estás poniendo a ese hombre encima de tu familia que somos nosotros.
—No mamá, te equivocas. Ustedes me están orillando a esto al reaccionar de esta forma, como si Damian y yo estuvieras haciendo algo malo.
—¡Te lleva quince años! Tú tan sólo tienes 21 y el 36 hija entiéndelo, no te va a tomar enserio.
—¿Quién dice que mi hermano no lo hará? —Interfiere Fara —. No pueden juzgar sin antes darle una oportunidad.
—Esto no es contigo niña —Mi padre espera con brusquedad —. Le confié a mi hija a tu hermano pensando que la cuidaría, pero fue un gran error.
—Nada me justificara Carlos, pero si algo te sirve de consuelo, no pretendo lastimar a tu hija y menos tomarla como algo pasajero.
—Di lo que quieras, no pienso aceptar esa patética relación.
Sus palabras hacen que mi pecho se estruje, dejo caer unas lágrimas y las limpio rápidamente.
—Pues siento decepcionarte papá, pero pretendo seguir con ella, pretendo regresar a la hacienda y retomar mis estudios allá.
—Entonces no tenemos más nada que hablar —Me mira fijamente de manera seria —. Es mejor que te marches de mi casa en estos momentos.
Se da la vuelta llevándose con él a mi madre que me da una última mirada y seguir el camino junto a él.
Suspiro, me giro tomando la mano de Damian y sonriéndole a las chicas.
—Creo que no tenemos nada que hacer aquí, es hora de irnos.
Damian deja un beso en mi cien y salimos de la casa junto a ellas.
Al llegar a fuera veo a Nando y lo abrazo de manera cálida.
—Por favor, cuida mucho de Brianna y mi madre.
—Así será señorita, nos hará mucha falta.
—Y ustedes a mi.
Damian me ayuda a subir a la camioneta y las chicas se suben en la parte trasera. Salimos de la casa en completo silencio mientras observo el paisaje y dejo que las lágrimas corran por mi mejilla sin ánimos de detenerlas.
Siento como tocan mi muslo, observo a Damian y me sonríe en manera de apoyo. Acaricio su mano sintiéndome un poco más calmada y sobre todo en paz.
***
—No puedo creer que el tío Carlos reaccionará de esa manera —Musita Paula —. Como si hubieran cometido un delito o algo imperdonable.
—Es entendible por una parte, Lucia es la niña de sus ojos —Espeta Fara —. Es un padre preocupado, se le pasará más adelante, ya verás.
—No conoces a mi padre querida —Sujeta mi mano —. Él es tan orgulloso como yo que no dará su brazo a torcer .
Damian había regresado a terminar de solucionar los asuntos de su compañía para regresar esta misma noche a la hacienda.
Necesitaba regresar lo más pronto para no seguir sintiéndome como lo hago ahora. El que mis padres reaccionaran de aquella manera me entristecía porque en el fondo tenía la esperanza de que cuando se enteraran no reaccionaran de tal manera.
—Anthony me pagará lo que ha hecho hoy —Musitó pensativa —. Ha cruzado la maldita raya y debe pagar por ello.
—¿Qué quieres hacer? —Me pregunta Paula —. Se que en esa mente tuya tienes alguna idea retorcida y malévola.
—Necesitaré tú ayuda.
—¿Yo? —Fara me mira confusa —. ¿Cómo?
—Ya lo verás...
Había llegado la noche y Damian aún se encontraba en la oficina. Tenía una oportunidad de vengarme de Anthony y que mejor que esta antes de regresar a la hacienda.
—¿Listas? —Preguntó en el auto al llegar al restaurante.
—Realmente no, pero ya que —Musita Fara —. Espero todo salga bien.
—Así será, ya lo verás.
Paula había podido averiguar los planes de Anthony para esta noche gracias a uno de sus amigos que estaba enamorado de ella. Solo bastó preguntarle cuáles serían sus planes esta noche para que soltara toda la sopa.
Llegamos al restaurante, Paula y yo nos aseguramos con unas pelucas y gorras pasar desaparecidas de ellos. Al entrar los observo en una de las mesas a mitad del salón; le pido al camarero una de las mesas del área vip y procede a llevarnos a la segunda planta.
Desde nuestra mesa tenemos la vista perfecta de la planta baja viendo cada movimiento de Anthony y sus amigos.
—¿Ahora qué? —Pregunta Fara —. Ya estamos aquí, dime qué sigue.
—Pasarás frente a su mesa con el caminado más sensual que tengas, irás a la barra y pedirás una margarita y solo será cuestión de segundos para que Anthony llegue hacerte plática o invitarte un trago.
—¿Cómo estás tan segura?
—Lo conocemos muy bien querida —Musita Paula —. Así que confía en nosotras.
—Está bien, hagámoslo.
Se levanta de la mesa decidida, baja a la planta baja y arregla su cabello a medida camina taconeando de manera sensual.
Efectivamente la mirada de Anthony cae en ella siguiéndola con ella hasta la barra; Fara se Cira sonriéndole y le pide al chico en la barra un cóctel.
Basta eso para que Anthony rápidamente se levante de la mesa y se acerca a ella son una sonrisa seductora.
Se sienta a su lado pidiendo una copa también y entablan una conversación entre miradas pícaras y sonrisas; Paula saca su móvil tomándole unas fotos y enviándoselas a Laura.
Pedimos unas margaritas mientras pasan los minutos y todo se desarrolla tal lo planeado.
—Ha empezado el show —Musita Paula señalándome la entrada —. Esto se va poner bueno.
Laura entra toda exaltada al salón buscando con la mirada por todas partes, hasta detenerse en la barra donde Anthony tiene su mano en las piernas de Fara y se acerca acortando toda distancia.
—¡Anthony! —Grita Laura exaltada acercándose —. ¿Qué mierda haces?
Este se levanta acercándose a ella, Fara se levanta de la silla y se aleja dejándolos en la discusión acalorada que mantienen.
Paula sigue grabando con una gran sonrisa todo, Laura levanta su mano y golpea fuertemente su mejilla haciéndola resonar frente a todos los presentes.
—Tenemos todo el material que necesitábamos —Sonríe guardando tu móvil —. Es hora de irnos, ya tenemos lo que necesitamos...