" Nadie tiene el derecho a manchar a una flor, aquel que lo haga, será mejor que se clave con las espinas". ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ ¡Qué noche! Aún no logro entender cómo terminamos así. Lucien, el hombre al que más rencor le guardaba, me había dado la mejor noche de mi vida. Sin que lo planearamos, habíamos caído en el juego del deseo, repitiendolo hasta caer exhaustos. Aunque, él parecía recuperarse muy pronto. No podría recordar el número de veces que lo hicimos, pues en el día repetimos lo sucedido en la noche. Sus besos en mi cuello, pechos, cintura y piernas, dejaban huella en mi. Él pasaba su boca por todo mi cuerpo, me tocaba con suavidad. Sabía cómo hacer que deseara más, para luego tomarme con toda su rudeza. Este hombre era tan salvaje como un león. — ¡A