—Es increíble la astucia de estas serpientes —Atenea rompe el silencio—. Todo fue meticulosamente planeado —observa a Valentino, quien está callado, sumido en el infierno interior que se ha desatado dentro de él—. Siempre te has dejado manipular por ella, Valentino. Siempre has sido su juguete, y lo fuiste hasta el final. Sin más preámbulos, Atenea hace clic en el botón de reproducción, lanzando el último golpe uno detrás de otro. —«¿Contenta con lo que hiciste? ¿Estás satisfecha con todo el drama que armaste para inculparme?». —«¿No te lo había dicho ya? Valentino me prefiere por encima de todo, me creyó y se preocupó por mí, hasta está dispuesto a cuidarme. ¿Qué más puedo pedir?». —«Eres una cínica desvergonzada. ¿Crees que te saldrás con la tuya? Pronto este drama se vendrá abajo, t