Una vez más, ella tenia razón. El sitio es increíble, apenas llegamos a la terraza, la música y la vista de la ciudad envuelven los sentidos de una manera impresionante poniéndote de bueno humor y queriendo beber los tragos más exquisitos que puedan llegar a tener aquí —¿Te gusta?— Me pregunta mientras que se mueve al ritmo de la música y hace que esa falda juegue con mis sentidos. —Muchísimo, eres muy buena eligiendo sitios a donde ir— Le admito y a medida que se acerca, la tomo de la cintura y hago que nos movamos a la par. —El mesero está preparando nuestra mesa, pero lo bueno de aquí es que puedes comer y bailar a la vez… y esta vez sí me emborracho es con mi novio— Explica entusiasmada y la acerco a mi boca. —Me gusta esto de ser tu novio— Le susurro y me besa. —Y a mí me gusta se