POV Perla —Es ahí —señalo—. Será mejor que te estaciones por aquí —le indico a Lauro, a lo que él se niega. —¿Estás loca? ¿Por qué dejaría mi auto aquí? —sigue avanzando y yo me niego a pasar aún más ridículo. —¡Dije alto! ¡No pienso dejar que me vean llegar en este mugre vehículo! Lauro se detiene y me mira con ojos asesinos. —Iremos caminando —fue mi última palabra, y luego de que Lauro se estacionara detrás de los arbustos, baja y cierra la puerta con fuerza. —¡Oye, no me dejes aquí sola! —le reclamo, pero él no me escucha. Y por el contrario, sigue caminando de modo que me veo obligada a abrir la puerta y salir por mi cuenta, teniendo cuidado de no pisar mi vestido con mis tacones. —Eres una ridícula —lo escucho decir cuando logro alcanzarlo. —Ridículo tú, solo me harás pasar v