Capítulo 2

2252 Palabras
Parado en la parte trasera de su casa, vistiendo nada más que un jeans desabrochado, exponiendo todo su torso desnudo, Drake se encontraba partiendo un tronco de árbol que él mismo había derribado y trasladado, en busca de madera que le ayudaría a arreglar ciertas imperfecciones de su hogar. Utilizando más fuerza de la necesaria para ello, el alfa dominante aprovechaba de sacar su frustración de su cuerpo, aun molesto por la horrible reunión que había tenido el día anterior con su manada. Justo como había pensado, absolutamente nadie se tomó demasiado bien sus palabras. A pesar de que se deshizo del mal mayor que era Baltasar, en ese instante su manada se encontraba dividida en dos bandos, donde unos decidieron apoyar a los miembros del círculo interno, mientras que otros optaron por mantenerse imparciales, no apoyando a nadie. Lamentablemente, aquellos que decidieron seguir apoyando a los miembros del círculo interno, ya fuera porque eran unos imbéciles malvados que compartían sus deseos o porque estúpidamente creían que sufrirían menos de esa forma, eran en su mayoría más de la mitad de las ochenta personas que conformaban la manada Luz de luna, lo que dejaba a Drake con más problemas. Todos los cambios que había propuesto fueron rechazados por los estúpidos miembros del círculo interno, y como ellos no estaban de acuerdo, los imbéciles sin cerebro que le seguían, rechazaron también cada una de sus palabras, sin querer ver que solo estaba buscando salvar la manada quitando cosas innecesarias. En tiempo en los que estaban, no era necesario celebrar fiestas cada vez que una pareja se apareaba o lograban cazar algún animal grande. No podían seguir recolectando descuidadamente frutas, verduras y cazando animales cuando ya estaban escaseando de tantas cosas. El ignorar los problemas de su manada solo terminarían llevándolos a la ruina, no los salvaría. Y era precisamente por esa razón, que a Drake no le interesó parecer como un hijo de puta, al igual que su padre, tras ignorar sus voces y obligarlos a aceptar los cambios que quería hacer. ¿Algunos intentaron ponerse en contra? Por supuesto que sí, y Drake calló a cada uno de los utilizando sus ventajas como alfa dominante, usando sus feromonas intimidantes y voz suprema para que todos se sometieran y terminaran aceptando. Olsen le advirtió que no era la forma correcta, pero también admitió que era la única manera que tenían para salvar la manada, y Mikel le apoyó. Y eso era suficiente para Drake, ya que aquellos dos hombres era en los únicos en que confiaba. Sintiendo una mirada, el alfa dominante dejó caer con fuerza su hecha, partiendo un gran tronco de árbol por la mitad como si no fuera nada más que una simple hoja y observó directamente en la dirección en que se sentía la presencia. —Sal ahora si no quieres que te destroce con esta hacha —amenazó con un tranquilo tono frío y despiadado. Pronto, una figura femenina con notorias curvas salió de entre los árboles, y se acercó para detenerse solo a unos pasos del alfa líder. Solo bastó una mirada de aquellos penetrantes ojos dorados, para que la mujer alfa retrocediera dándole su espacio a Drake, pero aun así mantuvo una pose altiva al observarlo directamente. —No estás tomando el camino correcto al abusar de tu poder como alfa dominante, ese no es un rasgo atractivo para un buen líder —expresó Petra. —¿En serio? Creí que no había problema alguno cuando Baltasar hacia lo mismo —comentó con tono burlón. —Tu padre no intentaba ir en contra de nuestros deseos, era un líder inteligente al escuchar al círculo interno. Se supone que nosotros estamos para guiar al líder por el camino correcto. Drake resopló ruidosamente tras escuchar esas estúpidas palabras. —Te das cuenta de la mierda que estás soltando, ¿cierto? —El círculo interno... —El círculo interno solo es un grupo de bufones con los mismos principios malvados, interesados y avariciosos que mi padre, Baltasar, conformó por su propia cuenta para que lo apoyara en todas sus estúpidas decisiones egoístas —atacó—. Así que no me vengas con esa estupidez de que debería de escucharlos, que ustedes son mejores que yo y me guiarán por el camino correcto, porque a diferencia de otros miembros, no caeré en esa estupidez. Bajando sus brazos, Petra torció sus gruesos labios en una mueca y empujó su plateado cabello detrás de sus hombros. —Estás tomando la decisión equivocada al ponerte en contra de nosotros, Drake —advirtió la mujer alfa. —¿En serio? Observando directamente a la molesta mujer, Drake lentamente dejó a su bestia para que diera un paso adelante, intimidando a Petra con su densa presencia y dejando libre sus feromonas amenazadoras. En reacción al ser más débil, la alfa jadeó y su cuerpo tembló. Luchando por mantenerse en pie, el alfa dominante utilizó más presión y pronto estuvo cayendo sobre sus rodillas, bajando su cabeza. Satisfecho con ello, Drake lentamente escondió todo y observó a la m*****o de ese molesto círculo interno. —Esa es la diferencia entre tú y yo, y el resto de los miembros que conforman tanto la manada como el círculo interno. —declaró—. Y no te ha dado permiso alguno para que me llames por mi nombre, es alfa líder para ti y cualquiera de tus amiguitos —sentenció. Cortando finalmente la filtración de sus feromonas amenazantes, Petra luchó por levantarse, aún jadeante. —No permitiré que las cosas sigan igual que antes, Petra. Ni tú, ni tus amigos podrán seguir abusando de su poder. Y si tengo que convertirme en un demonio para lograrlo, eso es precisamente lo que haré —amenazó firme. —Bien... E-esperaré con ansias esos grandes cambios planeados, alfa líder —dijo con un tembloroso tono arrogante. —Ya he hecho el primero, ¿no? ¿Dime, le ha gustado a tu hermano, a tu amigo y a ti su nueva casa? —cuestionó con tono burlesco. Con una intensa mirada resentida, la molesta mujer finalmente cambió a su forma lobuna destrozando su ropa a su paso, y corrió lejos de ahí, sin poder soportar la humillación que había recibido ante su arrogante actitud. Manteniendo sus dorados ojos sobre ella hasta que la perdió de vista, Drake observó hacia el hacha entre sus manos y sus labios se torcieron en una mueca llena de disgusto ante tan desagradable encuentro. Sin deseo alguno de seguir con lo que había estado haciendo, dejó la herramienta apoyada contra una de las paredes de su casa y la rodeó hasta llegar al frente. Subiendo los escalones de piedras invadida por el musgo tanto como el resto de la casa, Drake se detuvo ante la vieja puerta de madera y la abrió. Internándose en la casa que una vez perteneció a su madre, se detuvo directamente en la mesa que se encontraba en el centro y revisó los papeles y libros que había encontrado en el castillo de su estúpido padre. Lamentablemente, su conocimiento en palabras era limitado tanto como el de los otros integrantes de la manada, incluyendo sus dos amigos más cercanos, por lo que, aunque los tres leyeran un montón de libros, de nada servía si la lectura perdía todo el sentido tras encontrarse con una palabra desconocida. Lo peor de todo, es que el alfa dominante sabía a la perfección que las respuestas a sus problemas estaban ahí, ante sus ojos y aun así, no podían hacer nada. Y aunque pudieran entenderlo, el hacerlo realidad era completamente diferente, según había asegurado Olsen. Emitiendo un bajo suspiro profundo, cansado y estresado, Drake presionó el puente de su nariz con molestias, ya que sabía que la única persona que realmente podría ayudarle a organizar su manada era precisamente aquella a la cual no quería deberle ningún favor. Con las orejas de lobo moviéndose sobre su negra cabellera al percibir ruido, el alfa dominante dejó su casa y esperó en los escalones, observando directamente hacia el denso bosque. Poco tiempo después, una gran figura semi humana apareció, y a pesar de que Mikel se encontraba en la segunda transformación que denominaron "media", ya que su cuerpo no era completamente humano, pero tampoco era un lobo por completo, Drake fácilmente pudo reconocerlo. Aquellos ojos negros que poseían estando en su forma humano permanecerían sin importar en cual transformación se encontraba, sin contar que, siendo un alfa, Mikel ya poseía un cuerpo grande e incluso con más músculos que el mismo Drake, y con aquel cambio medio, este solo había aumentado. —¿Cómo te fue? —cuestionó una vez lo tuvo ante él. Deseando hablar correctamente con su alfa líder, Mikel retrocedió su cambio, logrando que sus músculos se movieran y toda su estructura ósea se acomodara hasta volver a hacer un humano, con los trozos de un pantalón aferrándose aún a su cintura. —Ambos están en la casa en la playa, solo estaba ese alfa de siempre que lo sigue para todos lados —informó Mikel. —Bien, supongo que es mi mejor momento. —¿Estás seguro de que pedirle ayuda a esa clase de personas es buena idea? Nuestras manadas se separaron hace años —comentó al contemplar el absoluto desagrado siendo reflejado en cada facción de su rostro. —No quiero ir a pedirle ayuda a ese principito y deberle un favor, pero más odio la idea de que los miembros de ese estúpido círculo interno se sigan saliendo con la suya —gruñó. —Sigo diciendo que podemos matarlo. —Y lo habría realmente considerado si no fuera porque más de la mitad de la manada siguen a esos idiotas. ¿Qué haré si todos deciden dejar la manada? ¿De qué se supone que seré líder? A diferencia de ellos no podré buscar refugio en la manada del principito al ser un alfa dominante. Negando, Drake bajó el resto de los escalones y se detuvo al lado de su amigo. Alzando su mano, la recargó en el hombro del alfa. —No saldré por mucho tiempo, vigila la situación junto a Olsen en lo que no estoy —pidió apretando su hombro con simpatía. Sabiendo que su mano derecha cumpliría a la perfección con su pedido, el alfa dominante se alejó internándose en el bosque con dirección hacia la costa. Deseando acabar con todo rápidamente, hizo un medio cambio para correr con rapidez y volvió a su figura humana normal una vez la casa en la costa fue visible. Dejando solamente sus orejas y cola afuera, Drake se dirigió al jardín de la casa, y esperó. Poco tiempo después, Caspian salió y le observó con una expresión que intentaba ocultar su intriga. —No esperaba verte por aquí —comentó el príncipe Caspian. —No quería venir. —reconoció con cierta molestia. Observándolo fijamente, Caspian asintió y cruzó sus brazos sobre su pecho. —Parece que vas a ir directamente al punto del porqué has venido —comentó alzando su mentón. Chasqueando su lengua, una esquina de los labios de Drake se torció en una mueca. Sus dorados ojos observaron con atención al otro alfa dominante y finalmente, con un gruñido, imitó su posición cruzando los brazos ante su desnudo pecho. —¿Qué es lo que me vas a cobrar si te pido consejos para que mi manada sea tan próspera como la tuya? —cuestionó Drake. —No podría ayudarte directamente en eso, mi padre sigue siendo el actual alfa rey en lo que mi chico aprende todo sobre ser la luna de la manada y para él sigue siendo un tema sensible el tratar con tu manada. —Sabía que sería una pérdida de tiempo. —¿Sabes? Tal vez no te pueda ayudar directamente, pero podría llegar a un acuerdo contigo —expresó Caspian. —Acabas de decir que tu padre no te dejará ayudarnos —indicó molesto. —No directamente —sonrió—. Todo lo que tiene mi manada hoy en día, es gracias a los humanos, por lo que podría poner algunos en tu camino para que puedas aprender de ellos, y ellos podrían enseñarte algunas cosas —comentó. Drake resopló ante la absurda idea. —Ningún humano querría ir a mi manada. —No por placer, pero sí por trabajo —aclaró. Sin comprender lo que el principito estaba hablando, las cejas de Drake se juntaron profundamente. —Ve al punto. ¿Qué es lo que quieres por entregarme unos humanos? —No te los estaría entregando, solo te ofrezco todos los conocimientos que ellos pueden entregarte, a cambio de cierta ayuda que puedes darme —aclaró Caspian. —¿Qué clase de ayuda? —Supiste primero que nadie que Rhys no era un humano completamente normal tan pronto como lo conociste, e investigando, nos hemos dado cuenta de que existen muchas más personas como mi pareja —explicó—. Lamentablemente, la forma de saber si son iguales a mi chico requiere de un examen que podría levantar sospechas en los humanos, y con mi padre todavía estamos hablando sobre revelar al mundo esta nueva... Generación, por así decirlo. —¿Y tu punto es? —cuestionó agitando una mano. —Tú me dices quién podría ser como Rhys, y yo te dejaría tener sus conocimientos que te ayudarán en la prosperidad de tu manada siempre y cuando me prometas la seguridad de cada uno de ellos —explicó. —Hecho.
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