Cuando Andy despertó, se sintió sinceramente como la mierda. Al no haber dormido las horas correspondientes, su cabeza le dolía de una molesta forma en la que parte posterior de su cráneo palpitaba, y con toda la noche agitada que había tenido por culpa de los tres estúpidos del círculo interno y manipulables miembros, su cuerpo también se sentía adolorido luego de haber sido golpeado, tirado y jalado sin cuidado alguno por aquellos brutos. En ese momento, el pequeño humano ni siquiera estaría sorprendido de que todo su cuerpo estuviera cubierto de hematomas, considerando sus heridas previas, más las que se había ganado por un estúpido intento de deshacerse de él. Soltando un muy profundo y cansado suspiro, Andy pasó las manos por su rostro y restregó sus ojos antes de peinar con sus ded