*** Expulso el humo del cigarro por mi boca y nariz, sintiendo la textura rugosa de la pared contra mi espalda mientras observo los autos desplazarse uno tras otro en el tráfico. En ese momento, Justin emerge del restaurante y se une a mí. No obstante, al notar mi presencia, arrebata de mi mano el cigarrillo, lo arroja al suelo y lo pisa con la planta de su zapato, mirándome con reproche y desconcierto. Dejo escapar un suspiro, anticipando las palabras que sé que me dirá por volver a fumar. —¿Qué demonios, Karina? Pensé que habías dejado de fumar —comienza, mientras cierro los ojos y dejo que continúe con su reprimenda—. ¿Me estás escuchando? ¿Por qué estás fumando de nuevo? Prometiste que no lo volverías a hacer. —Estoy ansiosa últimamente —respondo sin ánimos, viéndolo a los ojos es