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─¿Qué creés que haces aquí? ─se acerca Alejandro Evelyn. ─Acompaño a un amigo en un momento difícil. ─dice con firmeza, sin titubear. Todos la ven con orgullo, sobre todo Alana que se lleva las manos a la boca con asombro sin disimular en absoluto. ─Supongo que es momento de que me vaya. ─dice Alejandro de mala gana. ─No. ─se interpone Evelyn con firmeza. ─¿qué crees que haces? ─frunce el ceño. ─Eres mi esposo. ─suelta más como un regaño. ─no me importa si no lo recuerdas, lo eres. ─levanta su mano. ─¿vez esto? ─le presume su anillo de matrimonio. ─Esto es un compromiso, no me importa si recuerdas o no, eres mi esposo, y el responsable de esto. ─señala su vientre. ─así que no irás a ningún lado, o te juro que haré de tu vida una pesadilla. ─dice molesta. Evelyn se ve realmente mole