POV Diaval —¿Cómo puede seguir siendo tan descuidada en ese aspecto? —me pregunté, mientras batía los huevos y los condimentaba para cocinarlos. Podrá haberse convertido en toda una mujer, ser ahora la cabeza de Dolciani, ser lo que sea, incluso la mujer con más poder en todo este país, pero aún seguía siendo una descuidada en su alimentación. —Aún sigue siendo esa niña en su interior —comenté para mí, mientras seguía con la preparación en la cocina. Y exactamente doce minutos después, regresaba a la mesa donde ella debía estar esperándome, sin embargo, no la encontré ahí, de modo que, creí que tal vez se había arrepentido y se había ido. Algo decepcionado, solté de mala gana los platos sobre la mesa. —Y se fue sin despedirse, ¿pero qué se cree? —dije para mí. —¿Qué se cree quién? T