— Lia…
Subiendo su mano con el intento de tocarme, se arrepintió, pues bajó el brazo tomando una mejor decisión.
— No sé qué te llevó a tomar tal decisión Dereck, pero me lastimaste, me heriste como ningún hombre lo había hecho hasta ese momento. Lloré y me pregunté ¿Qué hice para merecer esto? ¿Cómo si yo tuviera la culpa? —mostrando una sonrisa para ocultar la tristeza que sentí al recordar a la pobre mujer que lloró en medio del altar, me pasé una mano bajo los ojos—. Ahora soy una mujer nueva, los golpes me han llevado a endurecer mi corazón, y tu jamás podrás entrar.
— Perdóname Lia —bajó la cabeza con la mirada brillante—. Cometí un gran error, que no ha dejado de martirizarme día y noche.
— ¿Y qué quieres que te diga? ¿Qué te felicite?
— Amore mío
— ¡No! me llames así —d
