—mama no deja de llorar...— murmura Samanta desde el otro lado de la línea. —lo sé enana, pero no es algo de lo que vos te tengas que preocupar— le asegura suspirando y soltando el humo por sus labios. Se había tomado un tiempo para responder la llamada de su hermana pequeña, quién estaba en el internado, Mientras que el estacionaba su auto antes de bajar a hacer unos negocios. —¡Pero es imposible no hablar por teléfono con ella o vía Skype y no darme cuenta de que está mal!— insiste mordiendo su labio inferior. —¡No puedo hacer nada al respecto Sam, por el momento mamá y yo no nos hablamos y es mejor dejarlo así!— asegura algo ronco. —¡Creí que te iba a importar saberlo!— la escucha bufar desde el otro lado. Y es más que claro que él le importa saber cómo está su madre y lo que le