Después de aquella sesión de fotos, la realidad cayó en mí como las gotas de lluvia caen sobre el pavimento en una tarde gris. Mi corazón se había desecho de su coraza y lo hizo con quien menos convenía.
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Reviso una vez más las fotografías que le he tomado a Gael y creo que tengo las necesarias y las de mejor calidad posible para lo que necesito. —¿Alguna foto más señorita Hausser?— Me interrumpe su voz y al apartar mi mirada de la pantalla de la cámara, me doy cuenta que está demasiado cerca de mí.
—Creo que no señor Martin.— Respondo siguiendo su juego y el ríe.
Suelto mi cabello ya que no es necesario que siga teniéndolo recogido y antes que sean mis manos quienes lo acomoden, el enreda sus dedos y lo hace por mí. –Me gusta más cuando traes tu cabello suelto, aunque te veías mu
