Capítulo 5

2040 Palabras
*POV Garrett* Entro apresurado a la sala de conferencia y lo primero que me recibe es una copia de mi igual de enojado. - ¿Qué está pasando y por qué tanta urgencia? – pregunta Grayson molesto. Supongo que tiene derecho a estarlo cuando recibió una llamada algo alarmante de mi parte requiriendo su presencia en este lugar y sin darle oportunidad de quejarse o algo por el estilo ya que colgué al terminar de hablar. - Conseguí una pista de adonde podría estar Jade – me siento ansioso, pero intentando ocultarlo lo mejor que puedo. Aunque es algo complicado frente a Gray, quien no solo ha crecido conmigo, sino que al ser gemelos tenemos esta especia de conexión que muchos creen que es mentira pero que lastimosamente comparto. Y digo lastimosamente porque aun cuando es asombroso tener a alguien así de cercano, me hace preguntar cómo sería un poco de privacidad. Gray lo sabe todo sobre mí y si no lo sabe lo adivina. - ¿En dónde? – se sienta a mi lado ya menos molesto e igual de ansioso que yo. - No lo sé – se pone de pie, otra vez enojado, pero no le da tiempo para decir algo porque entra Richard Mansen, el detective privado que contraté y que, si sabe hacer su trabajo efectivamente, contrataré para futuras situaciones. - Buenos días – se sienta frente a mí y extiende un sobre que no tardo en abrir, mientras mi hermano vuelve a tomar asiento dudoso de qué está pasando realmente. - ¿Quién eres tú? – pregunta cuando entiende que no los presentaré porque estoy muy concentrado en leer el informe que me fue entregado segundos atrás. - Richard Mansen, detective privado, un placer conocerlo – mi hermano palmea mi brazo desconcentrándome de mi lectura. - Contrataste un detective – me recrimina, pero yo solo asiento y me alejo un poco de él para impedir que vuelva a interrumpirme. - Claro, de otro modo no podría dar con Jade – digo con obviedad. Pensé que sabría que recurriría a esto cuando le comenté que conozco a alguien que podría dar con la ubicación de ella, ya que parece haberse desaparecido completamente. - Pero no pensé que la investigarías – se queja y estira para volver a pegarme, pero nuevamente me alejo. - Si me disculpa, no la estoy investigando en todo el sentido de la palabra, únicamente estoy rastreando en donde podría estar – interviene el hombre de barba, ganándose un agradecimiento de mi parte por entretener a mi hermano y así poder leer las dos hojas llenas de formalidades que me dio. ¿No podía solo darme un papel con la ubicación? - Estas investigando su ubicación violando su privacidad – si supongo que soy un asco de hombre, pero si quiero obtener su perdón y recuperar a quien creo que es la mujer de mi vida, debo hacer unos pequeños sacrificios. - Podría decirse así, pero mientras sea por algo que valga la pena – levanto la mirada cuando le escucho decir eso, consiguiéndome con el intimidante hombre lanzándome una mirada que hace mil preguntas que no quiere emitir por mantener su posición de empleado y yo su empleador - Hubo un malentendido en un momento de mierda y ella me dejó sin darme la oportunidad de defenderme, solo quiero hacer las cosas bien con ella – no tengo por qué darle razones, pero no culpo al hombre. Fácilmente puedo ser cualquier monstruo buscando a una presa que escapó. También podría ofenderme porque puedo no ser reconocido en la farándula, pero si soy una figura importante en el ámbito económico, por lo que tengo una reputación y no dudo que él la conozca. En fin, darle explicaciones a una persona que está ayudándome a conseguir a Jade no me parece un sacrificio. - Lamento si lo ofende, pero en mi trabajo he visto muchas cosas – hago una mueca imaginando a lo que podría referirse. - Está bien que pregunte, no me ofende – y vuelvo la vista a los papeles leyendo por tercera vez la misma palabra – Dice Seattle – comento. - Sí, ambos, Jade West y Francisco Hosk tomaron un autobús hasta Seattle – Grayson básicamente se tira a mi lado y se pone a leer la última parte de la segunda hoja en donde dice eso que acaba de pronunciar el hombre. - Son como cinco días de viaje – comenta mi hermano sorprendido. - Son tres – le corrige el detective. - ¿Por qué no un avión? – pregunta mi hermano haciéndome rodar los ojos. Esa es la última pregunta que hacerse. - Podría ser para dificultar su rastro, si hubiesen comprado un boleto de avión habría tenido la información en dos días cuando mucho. - Pero tardaste una eternidad – me cabreo porque fueron tres semanas en los que he estado subiéndome por las paredes y pensando seriamente en contratar a más personas, pero me vi reprimido por el mismo Richard que me informaba de todos sus movimientos. - Y le pido mis mas sinceras disculpas – eso es lo mínimo que puede ofrecerme después de hacerme esperar tanto. - ¿En dónde está el resto de la dirección? – solo puedo leer el nombre de la ciudad sin importar cuanto lea. - Han debido de haber pagado sus gastos en efectivo porque no consigo más registro de ninguno de ellos dos – me llevo las manos a la cabeza perdiendo la poca paciencia que me queda – También debe saber que al ella no contar con algún dispositivo inteligente no se me es posible conseguir su información tan fácilmente, y sin el número de Hosk tampoco tengo esa posibilidad – me repite lo que me viene diciendo desde el principio. - Me dijeron que eras bueno en tu trabajo – el hombre se endereza y asiente con un rostro que sinceramente si da algo de miedo. - Y lo soy, este es un reto y no pienso parar hasta darle la dirección de la señorita. - Eso espero – frunzo el ceño enojado – Gray – volteo a mi hermano esperando que me acompañe en esta nueva idea que me vino. - Se supone que yo soy el hermano que hace las cosas sin pensar, te lo digo porque ese gesto me dice que vas a decir algo que yo diría – me señala con una ceja arqueada. No está muy lejos de la realidad, como era de esperarse. - Nos vamos a Seattle – le digo, no es pregunta. Yo voy y él va a ser un asombroso hermano y va a seguirme. - ¿Vamos tu y quien más? – no quito la vista de sus ojos suyos idénticos a los míos - ¿Yo? – asiento lentamente haciendo que él suelte un suspiro lastimero, para terminar, saltando con una sonrisa enorme. >> Nos vamos mañana, tendré que renunciar al hospital y arreglar las cosas, tu compra los boletos, de avión, por favor – y sale del lugar como un torbellino, dejándonos a los dos en un pequeño silencio. - ¿A dónde llegarán? – pregunta Richard recogiendo los papeles y guardándolos en el sobre. - A un apartamento que tengo allá – es un buen hombre, lo he conocido este tiempo y me ha tenido bastante paciencia al no insultarme cuando yo perdía los papeles y me convertía en una especie de dictador escupiendo fuego por no obtener lo que pedía. Hubo momentos en los que fui desagradable aun sabiendo que no debió ser fácil conseguir una pista de dos personas que al parecer han vivido del efectivo y de cero r************* . Sin embargo, me siento libre de culpa porque además de haberme disculpado como la persona decente que soy, incremento el p**o que me estableció al inicio. - Pero no tiene un lugar a donde buscar en específico y estamos hablando de una ciudad grande y movida – sí bueno, eso es algo que ya sé considerando las veces que he tenido que ir al lugar por negocios. - No importa, estaré esperando allá a que me digas que otra cosa puedas conseguir – me pongo de pie y palmeo suavemente su hombro cuando le paso por al lado – Para el próximo informe está bien si solo es de dos líneas diciéndome la ubicación o lo que hayas conseguido, no necesito tanta formalidad – y salgo del lugar dejándolo solo. No puedo esperar por ver y poder abrazar a mi adorada Jade. Al salir de la sala de conferencias veo a los dos suplentes que me dejó Francisco, y al verlos sentados con un desorden en sus respectivos escritorios no puedo evitar pensar que fue una especie de venganza. - Ya dejen eso así, vayan a comer – suspiro irritado. - P-pero señor, hay mucho trabajo – y no sé si a propósito me lo incrementan o son naturalmente así de torpes. - No se preocupen, salgan – y no vuelvan, me gustaría decir, pero decido que merezco este pequeño escarmiento. Ambos salen del lugar y me permito entrar a mi oficina dejándome caer pesadamente en mi silla, pensando en mis próximos movimientos. Sin embargo, tengo muchas cosas que hacer y no puedo dejar caer todo mi imperio por esto, por lo que solo me tomo cinco minutos de descanso y empiezo a organizar todo para poder trabajar desde Seattle y principalmente, despedir a ese par para contratar a personas más competentes. Al terminar mi agotadora jornada laboral, pero al menos lograr ponerme al día, voy a casa a arreglar una maleta ya que el vuelo salé a primera hora de la mañana. Todo está un poco en la mierda, me siento desanimado y desesperado para poder hablar con Jade y obtener su perdón. No será fácil, no cuando es una mujer terca que además está dolida, no la culpo, y estoy totalmente preparado para hacer lo que tenga que hacer para recuperarla. Pero también estoy satisfecho, porque lo haré e insistiré hasta que logre volver a estar a su lado. Ella no es cualquier mujer, Jade es asombrosa por tantos motivos que ella merece todo mi esfuerzo y más. Además que tengo una promesa que cumplir, le dije a Jeremy que la buscaría sin importar nada y es algo que pienso cumplir. *** *POV Jade* - Fran ya basta – mascullo cansada. Los ojos me arden y siento una molestia en el abdomen que no me dejó dormir ni un poco. - Te ves terrible Jade, no estas mejorando desde que estamos aquí, todo lo contrario – me alcanza una tasa de algún té del que leyó que podría ayudarme a estar mejor. -  Es solo un malestar por lo mal que he dormido últimamente – por mucho que intenté ocultarlo, Francisco se enteró a la semana que lloraba mucho por las noches y desde entonces dormimos juntos. Agradezco sentir su calor corporal abrazándome, pero, aunque me alivia el llanto, sigo sin ser capaz de dormir por más de dos horas seguidas. - Pienso que no deberías ir mañana a trabajar – niego mientras tomo un par de sorbos de lo que sea que me haya dado. Funciona porque siento algo de alivio casi al momento. - Tonterías, tus tés mágicos y una pastilla me dejaran como nueva – la mueca que hace me dicen que todavía no está seguro de mis palabras, pero al menos sé que no buscará discutir conmigo por mi estado aparentemente delicado. - ¿Qué tal un somnífero? – niego rápidamente con una mueca. Esas pastillas son mi entrada al infierno. Tomar uno de esos es una noche segura de pesadillas sin poder despertar. >> Entonces algo para el dolor, una manzanilla y una ensalada será – con un semblante lúgubre se pone de pie y estoy segura que a buscar lo que mencionó. - Gracias – susurro culpable por hacerlo pasar por esto. Sé que está preocupado y quiere que coma y duerma más adecuadamente, pero aun cuando así no lo quiero, no he podido mejorar ni un poco. Solo espero que algo cambie pronto porque no quiero que Fran siga sintiéndose de ese modo por más tiempo, no lo merece. 
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