Narra Dalton Llegué a la empresa a dedicarme a trabajar como siempre, ya había pasado una semana desde mi viaje a New York. Estaba un poco ansioso y no sabía si era por la pronta venida de Evangelina o era otra cosa. —Señor Wilson, la señorita Müller acaba de llegar—me informó Denisse mi secretaria. Me puse de pie y salí de inmediato a recibirla. Ahí estaba ella con un vestido blanco que alineaba sus curvas con, un escoge pronunciado deja ver sus senos, su cabello rojo estaba recogido a un lado, sus labios eran rojo intenso a causa de su labial. Estaba literalmente babeando y no era el único: todos en el piso quedaron pasmados ante su belleza. —Bienvenida señorita Müller, es un placer tenerla en Inversiones W& asociados—le dije saludándola con cortesía. Ella sonrió y me estrechó la ma